GESTOS

                 

Son gestos… Y no negativos, precisamente, sino más bien todo lo contrario. En Paris, un chico árabe, en Cartagena, es una chica árabe, los que se cuelgan un cartel del cuello en el que reza: “Soy árabe, y la gente me llama terrorista… ¿me das un abrazo?”. Y reciben abrazos de muchas, muchísimas personas, que, en el fondo, no les culpan de lo que los desalmados y descerebrados de sus correligionarios hacen. Son gestos hermosos que reciben gestos generosos…

                En Madrid, cincuenta jóvenes árabes de diferentes asociaciones musulmanas se reúnen para debatir la actual situación bajo el lema NO, EN NOMBRE DEL ISLAM. Los chicos están al frente del aula, eso sí, y las chicas detrás… Quizá sea éste el único , y debería ser el último, gesto discordante para un occidental. Pero lo verdaderamente importante es que empiecen a concienciarse de las barbaridades que se están cometiendo en nombre de una cultura, de una religión, que es la suya, y cuyo Corán predica todo lo contrario.

                Al Masri, imán de la Mezquita de Leganés, se acerca al poner el dedo en la llaga. Dice que las mezquitas intentan atraer a jóvenes que escapan a su control y se refugian en un Islam radical y victimista infectado por Internet. “Las redes son el nuevo imán”, asegura. Y añade: “estamos perdiendo la batalla. Nos falta apoyo..”. Es un hecho que el victimismo, tratado desde la radicalidad, lleva al odio. Si a un joven le manipulan sus carencias desde el fundamentalismo lo convierten en un fanático. Houssein El Duarachi, secretario de la comunidad islámica de Vallecas, grita en su mezquita a los jóvenes: “vuestro victimismo os conduce al inmovilismo, y luego os manipulan para odiar y matar. Tened cuidado con lo que os digan por Internet”, les advierte. Pero no es bastante… Lo malo de esto es que cada Imán fabrica su propia teología impunemente, como puedo demostrar en un vídeo que pongo a la disposición de Vds…

                Henriette es una belga, raza aria, cristianos tanto ella como su esposo, católicos practicantes, y uno de sus hijos rubios de ojos azules se ha convertido en musulmán, y está en Siria, luchando junto al Estado Islámico… No solo captan musulmanes europeos de segunda y tercera generación – asegura – sino también a muchos, muchísimos jóvenes occidentales. Hay miles de ellos combatiendo allí…

                Yo, personalmente, echaba en falta estos gestos. Sabemos que la inmensa mayoría de musulmanes son pacíficos y no participan de esta monstruosidad, vale, sí… pero tampoco las denuncian cuando uno de sus miembros es sospechoso de participar, ni las desenmascara, ni las persigue ni colabora con las autoridades, que yo sepa al menos… Lloran sinceramente a las víctimas de los atentados, es cierto, lo lamentan, expresan sus sinceras condolencias, es verdad, pero los criminales suelen encontrar refugio en sus comunidades sin ser delatados. Puede ser el miedo a ser rechazados tanto por los suyos como por los nuestros. Es posible… Pero por eso mismo esos sencillos, sinceros y tímidos gestos que empiezan a asomar, como una frágil semilla que comienza a nacer, tienen tanto valor…