¡¡ GOOOL..!!

 

Que una de las fosas sépticas más corruptas de este país, y miren la cantidad que hay, es el fútbol, no está aún reconocido por una opinión pública anestesiada con él, pero sí que lo está en todas las instancias internacionales, desde Bruselas a Transparencia Internacional. El fenómeno de que aún no huela tanto como las tramas de corrupción política es porque la ciudadanía está en gran parte enganchada y fanatizada por el espectáculo de su pan y circo…

                En Valencia, por ejemplo, entre toda la mierda destapada, hay una recalificación del Ayuntamiento ché (aunque Rita no sepa ná de ná) que le permitía al club construir un nuevo estadio en una parcela pública privatizada, demoler el Mestalla, y vender luego el suelo con pingües beneficios para todos los cazos. Las obras, de momento, están paralizadas por la ley…

                En el aún poco conocido caso de la Federación Española de Fútbol – con el inefable Villar al frente – el Tribunal Superior de Justicia de Madrid confirmó la ilegalidad de la cesión de 120.000 m2 de suelo público por parte del Ayuntamiento de Las Rozas a la RFEF, donde se construyó la más que dudosa Ciudad del Fútbol, a unos costos, encima, desorbitados.

                Pero entre los casos más flagrantes denunciados por TI, está el de MURCIA. Para el traslado del Club presidido por Samper desde el centro de la ciudad a las afueras, de la vieja Condomina a la Nueva Condomina, el Ayuntamiento recalificó nada más y nada menos que un millón de metros cuadrados que don Jesús había comprado a tres euros/metro, y que luego vendió ¡a seiscientos euros/metro!, con un “módico” beneficio del 20.000%... Así sí que se pueden hacer negocios, amparado por el aplauso idiota de los forofos. Otra cosa es la limpieza de los mismos, claro.

                Estos casos, entre otros muchos, pues nuestra geografía está plagada de ellos, demuestran perfectamente una teoría física aún indemostrada por la ciencia: la cuadratura del círculo. O cómo una esfera puede ser, a la vez, cúbica. La perfecta simbiosis entre el balón y el ladrillo… Transparencia Internacional denuncia que los clubes de fútbol españoles han ingresado fraudulentamente más de mil millones de euros desde los años noventa, tan solo que con el capítulo y truco de la recalificación de suelo con el agravante de ser público encima.

                Aparte de los fraudes urbanísticos, en connivencia con los políticos municipales y/o nacionales, están también la Ley del Deporte de 1.990, continuamente obviada e incumplida con variadas trapacerías de juzgado de guardia, el endeudamiento de los clubes, las encubiertas financiaciones con dinero público, las deudas fiscales a la Hacienda pública, las tapaderas impuestas a los fichajes y emolumentos a sus jugadores venerados por una afición idiotizada, pero que roban sin descaro e impunidad al erario y evaden capitales… y más cosas.

                Las alcantarillas del fútbol consume además ingentes recursos públicos en la celebración de eventos deportivos, de los que se aprovechan unos ya más que riquísimos bolsillos, pero que ni devuelve ni compensa… eso sí, se restan a los servicios públicos más importantes y necesarios. Hasta ahí puede valer, aunque a mí, desde luego, no me vale en absoluto… Pero lo que no es de recibo es que, además, se robe impunemente de nuevo y otra vez a ese mismo erario común pagado de nuestros impuestos para repartírselo entre todos los sinvergüenzas profesionales que viven de ese cuento… Claro, que, mientras haya tontos nos meterán goles…