HASTA SAN ANTÓN...
- Por miguel-galindo
- El 13/01/2017
… Pascuas son. Así que ahora, sí, adiós a las pascuas, chao a las navidades, hasta el año próximo – que es este mismo año – en que comencemos otra vez las festividades saturnales de un nuevo año y despedida de otro. Porque de eso se trata, y no otra cosa. De las festividades en honor del dios Saturno, antes, un milenio antes, de que Cristo naciese y la Iglesia se decidiese, tres siglos después de su nacimiento, a suplantar al titular de la fiesta para no quitar la fiesta, que es lo que, en definitiva, se busca…
Los fundadores de Roma, pueblo agrícola, al acabar la sementera, a finales de diciembre, iniciaban el rito agrario propiciatorio para tener buenas cosechas de la mano de Saturno, dios germinal (felicidades a los Saturninos) donde el personal se juntaba con sus vecinos en ágapes interminables, en festejos donde adornaban sus “domus” con ramas de árboles y acebo, en que intercambiaban regalos, y se mostraban generosos los unos con los otros. Incluso era costumbre invitar a los siervos y criados a compartir la mesa del amo (siente un pobre a su mesa) y tratarlos y servirlos como los criados y siervos han tratado a sus señores. Además, reunían pequeñas figuras de barro adquiridas a artesanos en mercadillos, y los montaban en sus hogares en pequeños “lalarios”, o dioses protectores de la casa, máxime en esas fechas de culto especialmente dedicados a ellos… ¿Les suena todo esto a algo..?.
Después, con el tiempo, establecidos ya como imperio dominante, eso segundos romanos asimilaron las saturnales al culto de Mitra, un dios persa que significaba la luz, la sabiduría y el conocimiento. Un dios, ¡cachisenlamar!.. nacido de una virgen, y que, casualidad de casualidades, tras morir también resucitaba. Exactamente igual, por cierto, que Osiris, en Egipto, y que tan cojonudamente venían a ilustrar y significar la resurrección de la semilla en su fruto tras morir y ser enterrada. Como en el solsticio de invierno se produce el nacimiento de la luz sobre la oscuridad con la noche más corta y los días más largos…
Poco ha cambiado, salvo el nombre de los dioses y de los personajes de tan antiguo teatro del mundo. Los significados se han convertido en costumbres, en tradición ciega, y las costumbres y las tradiciones han olvidado sus orígenes y los porqués se repiten año tras año. La ignorancia es la mejor protección contra lo que no se quiere saber para no tener que entender ni comprender. Y así seguirá hasta que los lares y los penates quieran, o los hombres quieran (no) creer, o crean (no) querer.
Pero como hasta San Antón, Pascuas han sido, desde tal calenda hoy me despido. Si en las próximas navidades-saturnales nos encontramos, será señal que aún sigo en el camino, y si no, es que lo habré dejado en algún cruce del mismo.