HAY QUE DECIRLO

Resultado de imagen de catalunya y terrorismo 

El suceso que ha vestido de luto a Catalunya – y a toda España también, pese a quién pese – se está cerrando con una excelente labor policial de los Mossos, justo es reconocerlo, que han eliminado y/o arrestado a la práctica totalidad de la célula terrorista que sumió a todo el país, y me refiero a todo el país, y no solo a una parte del país, en un hondo, sentido y sincero dolor. El tiempo hará que esta desgracia, restañadas en lo posible las heridas, sí que le preste la distancia necesaria para hacer un análisis desde la serenidad.

                Y así, a bote pronto, salvo cuestiones a posteriori, que, sin duda, acabarán por ir saliendo, sí que es cierto que hay un par de cosas al menos, que mueven a cierta extrañeza. Cosicas que determinados intereses se esfuerzan en mantener las pelotas en el tejado, procurando que no boten en tierra y hagan el menor ruido posible. Cosicas a las que conviene aplicar el disimulo y no exponer al cachirulo. Ya me entienden…

                Y llama mucho la atención, por ejemplo, que el Ministerio de Interior recomendase al ayuntamiento de Barcelona, al igual que a todas las ciudades importantes de España, que protegiera con bolardos o similares las zonas de mayor tránsito público, tras los conocidos atentados europeos, y que doña Ada Colau, precisamente por ser una advertencia del estado español, no hiciera ni p… caso de ello. Las patéticas y manufacturadas excusas dadas ahora, son tan penosas como culpables. De hecho, de haber protegido entonces las Ramblas como se le instaba, quizá, es posible, puede, que esta masacre no se hubiera producido. Su responsabilidad en ello, o su irresponsabilidad por ello, es manifiesta, y de estricta conciencia. Y de hecho también, de haberse producido esto en cualquier capital europea, el responsable de semejantes consecuencias no hubiera durado ni 24 horas en el puesto. Ese es nuestro tercermundismo democrático.

                Otra cosa que llama la atención es el contraste de la capacidad de los Mossos en acabar con la célula, con la aparente desidia en haberla captado antes y anulado. Que en un pueblo de tan solo 10.000 habitantes, Ripoll, que se sabe que es plaza fuerte del yihadismo en Cataluña, no exista un seguimiento y prevención como es debido, solo apunta a un motivo: su poca o nula colaboración y/o intercambio de información, con las Fuerzas de Seguridad del Estado. El mismo e irracional chauvinismo de la señora alcaldesa de Barcelona, y que conduce a tan trágicas consecuencias. Las culpas que ahora se quieren volcar en otros, solo son mentiras que tapan embustes. El número dos de los Mossos recibió oportuno aviso desde Bélgica sobre el Imán dichoso, y las explicaciones de que fue una conversación informal entre un par de amigos que charlaban del tema, resulta insultante, a la vez que una declaración de incapacidad culpable…

                Un pueblo cuyos políticos más ruines y cerriles se permiten rechazar y no compartir la muestra de pesar con el resto de fuerzas políticas del Estado, tiene un grave problema, y debería hacérselo mirar. Y si no reacciona ante estos fanatismos suicidas, como es el propio yihadismo, por cierto (en este caso, tal nacionalismo es tan fundamentalista como el tal yihadismo), será un forúnculo para toda España, sí, pero un cáncer para toda Catalunya. Y esto, hay que decirlo.