HISTORIA DE TODOS
- Por miguel-galindo
- El 14/03/2016
Unos requeteconocidos grandes almacenes están publicando últimamente de forma y manera repetitiva, con motivo de su aniversario, un anuncio que, al menos a mí, me llama mucho la atención, y me parece que los creativos publicitarios que lo han rescatado, se han apuntado un tanto de éxito. Y no hablo de crear, pero sí de rescatar, porque solo es eso, rescatar una instantánea fotográfica de los años cuarenta, blanco y negro puro y duro, e incorporarle en negativo la leyenda “Tu historia, nuestra historia” en su cabecera, y al pié, casi discretamente, como pidiendo disculpas, su firma comercial. Nada más… Solo eso. Pero…
…La foto es sencillamente magnífica. Media docena de airosos cuerpos femeninos de la época pasean su palmito por una (presumo que Gran Vía madrileña) cogidas del brazo. Su espléndido conjunto oculta en gran parte otras figuras que se adivinan más de la realidad de posguerra, como un churubito lejano cuya enjutez no disimula su cuidado atavío de paseo, o figuras enlutadas, como la de una mujer que arrastra aquella humilde bolsa de malla… Las jóvenes damas están cogidas de espaldas – creo y quiero suponer que en una segunda fase publicitaria quizá nos regalen con la toma de frente, mostrándonos sus sin duda sonrientes caras -, o al menos, esa esperanza tengo.
Por su ligero atavío, pienso que la fotografía pudo haber sido tomada en una fresca primavera, o quizá en un liviano otoño… Se observa (válgaseme el símil, pues de mar vengo) una ligera brisa marinera que ajusta las velas de sus vestidos por babor a la contundencia de sus mástiles, acomodándolas a su perfecta anatomía de popa. Andan a paso largo, decidido y alegre, todas cogidas del brazo, como una cadena apenas interrumpida momentáneamente en el tercer nudo de la izquierda, quizá para acomodar un cabello que el ligero aire descompone… Nada, un momento aislado, una instantánea fugaz. Las seis forman una figura compacta, sólida, un conjunto único, como el propósito que intenta transmitir el mensaje subliminar de ir de paseo… o de compras, que para la mujer es lo mismo.
Si se fijan, un par de ellas llevan tacones, las de los vestidos más elaborados. Las de con hechuras más sencillas utilizan zapato bajo, menos la segunda por la derecha, con perfecto corte de traje de chaqueta y, sin embargo destaconada, seguramente por su altura. La talla en la mujer era importante. Fíjense que la alzada del conjunto resulta casi homogénea, rozando la perfección femenina, porque seguro que lo logran inconscientemente… Y si se fijan con mayor detalle, los vestidos de la mitad de ellas (izquierda) son de menor factura que los de la otra mitad (derecha) si bien el grupo no se resiente, y es de una armonía refrescante.
Como les digo, no quisiera equivocarme al esperar el obsequio del otro lado de la fotografía, si es que existe… El frontis de las seis cariátides. Puede que la campaña publicitaria nos lo tenga reservado como esperada y confiada sorpresa. Ojalá, pero no lo sé. Como también espero que los accionistas petrotúnicas de esta conocida empresa, la ya inevitable, y espero que no lamentable, parte confesional de casi toda firma reconocida, no tape bajo un burka estas magníficas piernas, ni entierren bajo siete velos – seis en este caso – sus sin duda hermosos rostros llenos de vida… Ya lo(s) veremos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ // www.escriburgo.com