IGNORANCIAS
- Por miguel-galindo
- El 01/02/2017
IGNORANCIAS
Dos informes han irrumpido al mismo tiempo apenas empezar el nuevo año. Y cualquiera de los dos, a cual más triste y desesperanzador. Uno, de la CEE, que dice que España aumenta en desigualdad y crece la brecha entre ricos y pobres. El otro, de la Cegal, donde se constata que un 40% de españoles no ha leído un solo libro en todo el año. Que hayan aparecido ambos datos a la vez no quiere decir que estén relacionados (cada cual viene de una fuente distinta), si bien tampoco quiere decir que no lo estén… A mí no me parece que la desigualdad influya en el hábito de la lectura. De hecho, no se puede constatar que un rico lea más, aunque pueda, ni que un pobre lea menos porque le cueste más comprar libros. Yo mismo viví una sociedad de posguerra donde la gente con menos recursos leía más, mucho más, que la actual, y se amaba, y se respetaba, y se valoraba muchísimo más la cultura que hoy en día.
Sin embargo, lo contrario, o sea, que la gente no lea, que desprecie el conocimiento, la cultura, pueda influir en la existencia de una mayor desigualdad, sí que puede ser posible. La falta de preparación, de capacidad lectora, y por lo tanto de comprensión lectora, y lectiva, y del estado de una formada opinión, sí que puede abonar una sociedad de grandes diferencias, donde las brechas se salven a base de placebos sociales, de fiestas, de espectáculos de masas, de abuso estratégico de los ídolos mediáticos, de ignorancias suministradas y asumidas, de una enorme deformación en la era de la información, precisamente. Es la aplicación de las políticas del desconocimiento. Y el que cerca de la mitad de la población no sepa lo que es leer un libro, es causa y efecto de lo mismo.
La culpa es de una administración lerda y espesa que huye de culturizar a la gente, de que aplican unos sistemas educativos politizados y preñados de intereses espurios y no educacionales, donde se apartan a los profesionales y se encaraman los políticos. De unos métodos de salir del paso a través de unos profesionales que son pagados para implantar determinados conocimientos previamente elaborados, pero no son estimulados a ejercer ni enseñar el librepensamiento, ni están por la labor tampoco, dado que se alejan de sus particulares intereses… En realidad, y se constata en las entrevistas a pié de calle, los adultos nos afanamos en no leer y nos ufanamos de no leer. Cualquier excusa es buena para justificarlo. El resultado de todo ello es lo que estamos constatando y sufriendo: acoso escolar, jóvenes machistas del neopaleolítico por los que se dejan acoquinar nuestras muy feministas jovenzuelas, violencia sexista, violencia en las aulas, falta de disciplina y respeto en las escuelas, y en los hogares, e incluso en las calles…
A los de nuestra generación nos educaron sin libertad pero con responsabilidad. Nosotros educamos a nuestros hijos (lo procuramos, al menos) en la libertad y en la responsabilidad, y hoy se está educando (así lo demuestran los resultados) en la libertad pero sin responsabilidad. Mañana, me temo, se hará sin libertad y sin responsabilidad. Pero es lo que nos estamos labrando surco a surco. Espero, y confío, en no vivir para no tener que verlo y soportarlo.
La primera campana ha dado su primer aviso: Las personas ya no leen, prefieren ser gente iletrada, y ser deformada antes que formada. Y doy fe de ello. Personalmente sé lo que me digo, pues tengo sobrada experiencia de eso. Yo mismo he intentado, en más de una ocasión, formar en mi pueblo un Taller de Lectura y Escritura. Primero, con un método ambicioso apoyado en Hispadel, la Asociación Hispanoamericana de las Letras. Luego, bajando el nivel… Después… nada, cero, desinterés absoluto, tanto en las administraciones locales como en la propia ciudadanía. Cuarenta mil habitantes para no salir ni un miserable par de docenas de interesados. No es falta de tiempo, ni de oportunidad, ni de los cuatro duros de la famélica cuota, que suelen utilizarse como manidas excusas, si no el más profundo despego por lo que supone el hecho de leer, escribir, saber, entender, conocer, comprender…
Así que no me extraña nada este triste informe de la Cegal. En absoluto. Aunque sí que me preocupa, y me duele. Pero no me vengan con declaraciones sacadas del manual de demagogia del político de turno, con fotos con caducidad de urna. Eso no me vale. Háblenme de otra cosa, díganme cómo van a combatir estos nefastos y nefandos resultados, pero no me cuenten más cuentos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
Publicado por MIGUEL GALINDO SANCHEZ en 2:26