INDIGNIDAD

 

La tita Rita dimite del partido, pero se aferra a su escaño del Senado. Se agarra a la soldada y al aforamiento como una lapa. Mientras tanto, Rajoy, calla. A pesar de lo acordado con Ciudadanos, se lo pasa por el respetable…

Yo prefiero que el presunto delincuente siga en su partido (tal para cual, a la postre) pero no pueda ostentar cargo público, seguir chupando del erario, y usando tal privilegio para escapar de la justicia…

Si el PP no la expulsa, con su pan se lo coma, solo es cuestión de dignidad. Por mí, que se la quede… Pero que siga aferrada a las instituciones del Estado, eso sí que es indigno e indignante.