INDISCRECIONES

Existen ciertos flashes, porque no llegan a noticias, que, si bien pueden ser, y son, del interés del público, en general suelen esconderse, simularse, enmascararse o diluirse mientras otros flashes - que no noticias, repito – sí que se exponen en cartelera pública, sin mayores reparos ni reparandorias. Se suele decir, justificando la tijera o el tapadillo, cuando se refieren a altas figuras patrias, que deben protegerse de ciertas indiscreciones, que toca el ámbito de lo privado, y una serie de muletillas ad hoc… Pero el ámbito de lo privado en una figura pública es de la puerta de su casa para dentro, pues cuanto haga hacia fuera resulta público puesto que son figuras públicas. Y todo esto viene a cuento por un par de… digamos “escapes”, filtraciones o indiscreciones que se han dado en otro par de casos.

                Uno incluye a Mariano Rajoy, que ha asistido con su señora a la boda de su vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, con su pareja de ya hace 19 años, J. Manuel Rodríguez. Todos mis respetos y nada que objetar, más bien al contrario, que conste en aquesta acta… Pero se ha de reconocer que aquí, en este acto preciso, las videotecas y hemerotecas han de resultarles muy incómodas al presidente del gobierno… Ya saben, aquello de que si peras y manzanas, que si no se garantiza la continuidad de la especie humana… enfín. La memoria audiovisual en estos casos estorba una cosa mala. Aparte el encaje de bolillos que habrá que hacer para con la Conferencia Episcopal a fin de explicarles a los cenutrios tonsurados de los que es tributario, que él asiste pero no sanciona, porque justificar su asistencia con su aquiescencia ya es harina de otro costal, seor cardenal…

                Y la otra instantánea pertenece a nuestra actual soberana, doña Leticia. Siempre tan tiesecita ella, tan arreglada y dispuesta, como una reina… El otro día, con ocasión de la real visita a EE.UU., nuestra primerísima dama se presentó en los jardines de la Casa Blanca calzada con unos taconazos de Prada y de a palmo… y la palmó. Porque, mientras la primera dama estadounidense, la señora Obama, salió a recibirla con un zapato bajo tipo andar por home, la nuestra iba subida a la cucaña. Naturalmente, y como era de esperar, se hundió hasta las corvas en el jardín-huerto de la house, y en qué se vió de recomponer su tan cuidada figura de espadaña arriba España… Claro, eso le pasa por tratar con zafios republicanos, por muy demócrata que sean…

                Lo que no sé es si su servicio de información y protocolo no tiene pajolera idea, o es que se pasaría las indicaciones por debajo del armiño, que chula y dispuesta, ella… Como comenta el jocoso sucedido la periodista Sánchez-Mellado, la majestad no se la van a quitar porque se ponga tantas alzas. No tiene por qué ser siempre la más elegante, la más guapa, la más esbelta, la más alta de las modelos de la comunidad vanity fair. Le basta con ser la reina de España. Sudar el top Varela por una metedura de… finos pies es menos digno que mostrarse con sencillez. La apostura para las posturas, que dice un amigo mío…

                Enfín… vayan estos chismes de hoy para destacar que la coherencia, en el primer caso, y la normalidad, en el segundo, siempre ensalzan y realzan a los que nos mandan y nos reinan. Y que los pasos y las poses son más para la pasarela que para el pueblo. Y, que yo sepa, ellos representan al pueblo. Vamos, digo yo…