INSISTO, PLEASE...

Coronavirus: qué tiene el autónomo cubierto a día de hoy, y qué ...

Lo siento mucho, pero sigo insistiendo… Mi pasado “Autónomos, indignidad política”, levantó cierta polvareda. Tampoco mucha. De unos pocos, muy pocos, justificadores políticos, y de algunos, muy algunos, del ramo de la banca. Nada que no pueda considerarse dentro de la normalidad. Hay hasta quién me dice que yo insulto (menos cuando lo hago contra los del otro lado, que entonces no insulto, defino). Pero cada cual es muy libre, faltaría más. Lo asumo totalmente. Los que escribimos y lo hacemos público somos todo lo que nuestros lectores quieren que seamos – según les agrade o no lo que lean – a veces hasta contradictoriamente, pero lo que piensen es tan legítimo como lo que yo también pueda pensar, y opinar, y por lo tanto, expresar. Es el juego del mutuo respeto, aunque a veces no se escriba a gusto de cada cual o cuala…

            Y, con todos esos respetos del mundo, sigo diciendo que las ayudas que, hasta este preciso y precioso momento, se están trompeteando para los autónomos a bombo y platillo, son de una vergonzosa indignidad. Casi, casi que una tomadura de pelo. Incluso esos últimos 20.000 cacareados millones para ayudas a pymes y autónomos y pequeños comercios, son solo parches sangrantes para éstos, y negocio descarado y declarado para los bancos… Usted mismo, si es autónomo en apuros (hay ingentes, solo tiene que preguntar al más cercano), va a su banco, y la respuesta es unívoca: “como no quiera un préstamo del Ico…”. Pero eso no es una ayuda. Un préstamo es un sacrificio, una obligación, una responsabilidad más para el prestatatario, y un negocio más para el prestamista… perdón, para el prestador… que luego dicen que insulto.

            Para una tragedia como en la que nos debatimos, tan solo hay dos clases de ayuda que puedan servir: La fiscal, la impositiva, que es la condonación (que no el aplazamiento) de las cargas y gravámenes sobrevenidas en ese mismo plazo y tiempo en que no tienen ni para mantener a su familia, y la bancaria, si tienen préstamos, pólizas, hipotecas, etc.. pues, ¿qué negocio no las tiene?, que es eliminar las amortizaciones mientras dure el desastre, prorrogándose en los mismos plazos de sus condiciones establecidas y si aumentos de interés. Y no hay más. Cuando esto termine, el desolador panorama que va a quedar será de cientos de miles de autónomos cerrados y de baja, y los que queden en pie, endeudados para toda la vida. Y esto no es una política de izquierdas ni de derechas, solo es una política nefasta o una política inteligente, lo que puede empujar o frenar la destrucción de un tejido empresarial básico que va a dejar de cotizar y de dar empleo, y que va a ser muy necesario para la recuperación económica de cualquier país. También del nuestro.

            ¿Alguien quiere decirme dónde y en qué han quedado las tan renombradas ayudas?.. Esos 20.000 millones, por no salir del mismo y sobado ejemplo, no son a fondo perdido que yo sepa. Es un dinero público (garantía Ico) con que la banca va a incrementar su negocio. A menor interés, sí, puede, y consulte con el diccionario lo que significa interés… En este caso concreto, podemos decir que no hay más desinteresado interés que el que suma, y encima con un dinero que no es suyo. Negocio para la banca y pobreza para el usuario, vale, bien, de acuerdo, pero óiga, sigue sumando por un lado, que es lo que importa, aunque reste por el otro, que es al que le echan la soga al cuello.

            Al final, ¿quién pone la pasta?, ¿el Estado?, no, éste solo la adelanta. ¿La banca?, tampoco, ésta solo la administra, la “vende” bajo una modesta ganancia, la presta. Al final, esa ayuda se la paga de su inope bolsillo el propio damnificado, al que dicen, presumen y se automedallean, de estar ayudando. Pueden ustedes sacar las cuentas que quieran. Esas ayudas no son subvenciones por un desastre, son solo aplazamientos y préstamos. Puros y simples préstamos-negocios entre los dos siempre tapados socios, por mucho que los disimuladores quieran disfrazarlo: los gobiernos y los bancos.

            Por eso escribí entonces, y me ratifico aquí y ahora, de embustes, de mentiras… Naturalmente, si existen es porque provienen de mentirosos y embusteros, y tales calificativos pueden calificarse – valga la redundancia – de insultantes, aunque también pueden ser simples definiciones… ¿O es que acaso las mentiras y los embustes, y los disimulos, no existen, para que así nadie pueda sentirse ofendido?... Aclárenmelo, por favor, si son tan amables, a ver si yo, que soy un zopenco - lo reconozco y me autoinsulto yo mismo – pudiera ver la luz y tener la dicha de comprenderlo… Igual puede que se me aparezca la vírgen y vea hasta lo que no entiendo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 17 Abril: …MISIÓN CUMPLIDA

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