ITEM MÁS
- Por miguel-galindo
- El 01/03/2018
En la última encuesta metroscópica, que es el pulso con que esa agencia de sondeos nos toma la tensión política regularmente por prescripción facultativa de vaya Dios a saber qué, el resultado es sumamente inquietante para el PP… En un articulico anterior ya comentaba este servidor de las monjas la lenta tendencia a la baja de los populares en un goteo que no cesaba… Pues bien, por muy lenta que sea, llega un momento en que una gota deja al descubierto la línea de flotación crítica.
Y como el voto (al igual que el dinero) no se pierde, si no que cambia de manos, aquí el goterón ha ido vaciando sus goteos en Ciudadanos, al igual que el voto perdido del Psoe tampoco ha ido a un Podemos que cada vez puede menos, sino que también ha chorreado en el cazo de los de Ribera, pues claro, llega un momento en que esa inestimable estimación de voto – que todo partido desdeña pero a la que todo partido mira de reojo - hace saltar todas las alarmas del chiringuito político:
Ciudadanos se pone por delante, a media docena de puntos en intención de voto del PP, a ocho del PSOE, y a la tira de un Podemos que, al parecer, ha tocado fondo, momentáneamente al menos, si bien que, también puede seguir pudiendo sin poder en sí, como Santa Teresa, dada su desequilibrada estructura de aluvión.
Pero la encuesta da para más… Y ya no es que el 85% de los ciudadanos preguntados opinen que Rajoy debe marcharse a casa a registrar, que es lo que hacía antes de gobernar, si no que el nada despreciable 63% de sus propios votantes, de la propia urna electora del PP, creen que debe dar paso a otros, y retirarse ahora que aún lo puede hacer medio dignamente, que tampoco mucho… y es que su estatuismo, que tan buenos resultados le dio en otras ocasiones, con el problema catalán y la carcoma pudridora de la Gürtel se ha quemado como un ninot valenciano. Es muy curioso que sea la corrupción valenciana de su partido la que prenda la traca final, aún silenciada, por cierto, con el carnaval catalán. Y ya no sé si en su estética de guardarropía guardará algún disfraz de Ave Fénix que le sirva. Puede que se lo encasquete para montarse el número resucitatorio, y ya solo le sirva de mortaja.
Pero se ven movimientos, como aquí, en Murcia, en el que su ministril ya incluye en su oratoria palabras como “ruptura”, “renovación”, “nuevos tiempos”, en los salpicados púnicos, y donde el joven López Miras hace gestos de querer sacudirse su origen dedocrático, sometiéndose a un remedo de primarias que lo legitimice en lo posible. Unas primarias “ad hoc” que, por muy cogidas por los pelos que sean, serían las primeras del PP en toda España de telaraña, y toma castaña a la compaña…
Esto mismo quiso hacerlo Alberto aquí mismo, válgaseme el redundín, y el propio Mariano se lo pasó por el arco del ano, propiciando luego su purga y desfenestración de su batallón… Por eso, que hoy trague con lo que entonces no tragó, apunta a que ahora huele la chamuscadura de sus propias barbas. Así que se apuntó a lo que entonces le espantó, y traga lo que en aquellas fechas escupió. Ahora, aquí, a ese excelente álfil que tuvo a su lado lo tiene enfrente, y lo ha convertido en un no menos excelente enemigo. Y encima tiene que hacer como el converso al que se la aparece la Virgen cuando viene a pasearse por Cartagena del brazo del aspirante. Pero el oráculo (Metroscopia) ha hablado, y su tiempo se ha terminado, bacalado...