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Con los comentarios de los políticos al pasado discurso navideño del Rey, los líderes de los partidos, y los partidarios de los líderes, se retratan ellos solicos. Si sus eructos sirven para que su aplaudidores se revuelquen en la autocomplacencia, están haciéndose un selfie de la ralea de sus respectivos seguidores, y si eso no dice nada al resto del común de los españoles, catalanes incluidos e inconclusos, claro, entonces es que estamos tan enfermos que hemos perdido hasta la capacidad de oler la mierda, y ustedes me sepan perdonar tan escatológico comentario, pero, al lado de los suyos, es puro cabello de ángel.

            Desde los trufados del odio más ruin y siniestro de todos y cada uno de los políticos nazi-onanistas, hasta el de “España no necesita reyes” de Iglesias, pasando por el de IU, que mejor estaría calladico sabiendo que se ha vendido por unas monedas miserables a Podemos, que lo trata como el mono de la familia (ahora, se ha rebotado, y le ha dicho a Iglesias que le da tres meses para reconsiderar su ninguneo, el tonto…). Lo único que todos ellos ponen de manifiesto es que son unos absolutos maleducados. Y alguien me dijo un día, y llevaba razón, que una persona maleducada, nunca, jamás, podrá llegar a ser un buen político…

            Y es esa una de las pocas verdades que pueden existir aún, y ya escasean… Lo que no entiendo, y me cuesta comprender una barbaridad, es cómo este país soporta semejante jaez de políticos. Salvo, claro, que seamos como ellos. Por ejemplo, que un impresentable diga lo de que España no necesita reyes (tampoco necesita parásitos como él) arrogándose una representatividad ciudadana que no tiene ni de lejos, es una manera ignorante, prepotente e insultante de tratar a los ciudadanos de este país. A ese majadero no se le ha concedido capacidad suficiente para afirmar tal cosa, ni ninguna otra tampoco. Y no la tiene, porque no representa a la mayoría de este país. Y, a lo mejor, no la va a representar nunca, por su falta de respeto y su manifiesta pésima educación.

            Y esto es solo un ejemplo. Los catalanes, como otro ejemplo, saben, o deberían saber, que tienen que agradecer a la Ley Electoral Española, y al sistema D´Ont, el que los secesionistas sean mayoría en el parlamento, que no en los votos, pues en éstos han sacado menos que los constitucionalistas. Esa es la única realidad real. Y eso debería hacerles reflexionar sobre la indecente incongruencia - otra más– - que supone adoptar esa ley electoral del denostado gobierno centralista y cochino, solo porque les es favorable a sus tramposos intereses. Cosa que no van a reconocer ni a decir… pero que lo practican como los buenos trileros que son.

            Pero, ya digo, si esa mayoría de catalanes, porque son mayoría los no independentistas, quieran los otros o no lo quieran, les guste o no les guste, y la otra gran, inmensa, mayoría de españoles, quisieran quitarse la lacra de semejantes especímenes, de tales formaciones políticas que están regidas por lerdos autárquicos, en las inmediatas elecciones autonómicas los echarían a patadas en el culo de los ayuntamientos, y en las próximas generales los eliminarían del mapa político representativo.

            Yo no me considero del PP, ni me considero monárquico, pero esta gentuza me produce náuseas e indignación, porque su política está basada en el insulto, en la prepotencia y en la peor educación. Y me siento ofendido si me representan, y no soporto su presencia en las instituciones porque las degradan miserable y soezmente… Esa es la cosa, mariposa…