JAQUE MATE

En el último latigazo calorífero también me vi abochornado por las declaraciones de nuestros políticos, políticas y polítiques de tendencia incierta aunque manifiesta, sobre el noble juego del ajedrez… Y no es que sienta vergüenza ajena por la estulticia, incultura e ignorancia de ciertas personas, si no que la vergüenza y el bochorno lo siento porque esas personas, precisamente, en mi país, en España, cobran sueldo oficial con rango de ministros o ministras. O sea, por un lado demuestran al mundo el nivel de los políticos españoles, a los que se les debe suponer por encima del nivel medio de sus conciudadanos. Y eso es ya un insulto… Y, por otro, que se les pague sus ocurrencias y necedades con dinero público, no deja de ser mas que otro redundante insulto…

Pontifican tales cerebros elevados a rango de gobierno (¿?) que “el ajedrez es machista, sexista, racista, heteropatriarcal y monárquico”, y esto último, claro, en el lote de las vejaciones… Y paso a ilustrarles a ustedes la razones de peso y de base en las que se apoyan para malparir semejante gilipollez: Es machista porque el rey es la pieza dominante, con la reina “trabajando” más que el monarca y considerada por debajo de él; es sexista por lo mismo, y por poner a los álfiles y caballos por encima de las torres; es racista por hacer distinción entre piezas blancas y negras (de hecho ya hay “progres” ajedrecistas lo suficientemente cretinos como para negarse a salir con las blancas); es heteropatriarcal porque somete a los peones a batirse como tropa de choque, lo que también lo hace clasista; y es monárquico, evidentemente, por el título y clase de las piezas principales…

…Y por si faltaba alguna estupidez más para la completar la colección, también lo tachan de “antianimalista” por usar caballos para saltar escaques del tablero (La Razón, 12/8)… Si todo esto no es delirante, que venga San Jaquemate y lo vea. Así, tras la ocurrencia de las Matemáticas sexistas y la burrada de lo de la Matria, ahora vienen con la parida esta sobre el Ajedrez. Por supuesto, a esta gente les importa poco, muy poco, la historia del mismo, su origen y su porqué, ni lo que enseña. De hecho, ni lo saben ni quieren saberlo. Lo que les importa (y se ve que por eso y para eso cobran) es destriparlo, anularlo, e imaginar las más supinas idioteces que sus enfermos cerebros pueden crear… Que tengamos que soportar, y sufragar, tales astracanadas, denota lo que valemos y para lo que servimos…

La ideología de género y del lenguaje, aupado por las doctrinas oscuras y alienantes de un más que dudoso progresismo, han engendrado el actual dogma de lo políticamente correcto, una especie de censura revisionista, con inquisitoriales Torquemadas a la cabeza – inexplicablemente – de muchas instituciones estatales, que no cesan de avergonzarnos en su continuo contraste con la realidad humana, natural y social, a la que, sin duda alguna, pretenden sustituir por los medios que sea. Aún dando un golpe de estado al lenguaje y al pensamiento… Según estos modernos ayatoláhs, todo esto requeriría una profunda transformación del ajedrez, a fin de adaptarse y aceptarse la nueva realidad que estos opacos iluminados nos quieren meter a machamartillo…

Amosaver, proclaros próceres y próceras… Salvo que sus marvelleux, pero menguadas señorías, quieran cargarse la propia naturaleza – el sentido natural de las cosas, por si no lo saben –, en la perfecta organización de las abejas, por ejemplo, la jerarquía de la abeja reina también está presente y por encima de los zánganos y de las obreras, y su modus operandi es idéntico a la organización y funcionamiento del ajedrez. Solo hay que pensar un poquico… Y nadie achaca a su reina ser una víctima por ser hembra, ni una opresora por ser monárquica, salvo que se den cuenta en su burricie, claro, y en la próxima arremetan contra panales y colmenas, por sexistas, machistas, realistas, y no sé cuantos ístas más… Que capaces son.

Yo les propongo a tales yihadistas del lenguaje, a esos talibanes del pensamiento, que, al igual que con lo de matria por patria les sugerí lo de la patrona, que en este caso concreto, a la Reina la recauchuten tan solo que respetándole su raíz “Re”… De esa forma, ellos, ellas y elles, en su fanático fervor, podrán llamarla Re-publicana, o simplemente República, y el resto del vulgo podremos seguir llamándola Reina, con el permiso de Dios, del fundamentalismo modernortodoxo, y de ustedes sus mercedes…

Pero me atrevo a opinar, si tales sublimes eminencias me dejan ejercer mi libertad de pensamiento, que, por los medios coactivos y de sobrada prepotencia que utilizan, van a conseguir bien poco, salvo darnos motivos sobrados para carcajearnos de vez en cuando, que, por otro lado, buena falta nos hace. Yo sigo confiando en el buen sentido y razonabilidad de la mayoría de personas y gentes, antes que en un cretinismo impuesto. Con perdón, naturalmente.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

www.escriburgo.com

miguel@galindofi.com