JUEGO DE PIRATAS
- Por miguel-galindo
- El 20/08/2020
Hace un año, Pedro Sánchez cuestionaba un gobierno de coalición con Podemos: “no necesitamos dos gobiernos, si no uno con un solo mensaje coherente”, decía entre otras cosas, e insistía: “nada de cogobierno, uno y una única dirección”… El “dos gobiernos en uno” que le twiteaba Iglesias machaconamente, éste lo rechazaba, no lo quería. Luego, por matemática parlamentaria, porque los partidos de la oposición, todos, lo empujaron a pactar con UP, y porque el poder llama al culo poderosamente para ser sentado en la trona, las circunstancias mandaron y el socialismo claudicó al pacto. Pero ahora, con el alacrán subido al lomo de la rana, se ha demostrado que Sánchez tenía razón en sus temores…
Primero, el desmarcarse de la negociación del Psoe con Ciudadanos y torpedearla por todos los medios a su alcance, pasándose por la coleta cualquier razón de Estado que sea beneficiosa para el país… Y segundo, aprovechando la tormenta perfecta en que está debilitado por la vuelta del coronavirus (ya somos los primeros de Europa en reinfección) para atacar la Monarquía por el desgraciado caso del Rey emérito, responsabilizando, falsa, injusta e hipócritamente al hijo por la culpa del padre, y zancadilleando y desestabilizando a su socio en el peor momento de equilibrio del gobierno. Tal es la deslealtad institucional del segundo con respecto al primero, aún habiendo jurado (porque les convenía, claro) la Constitución…
Pero esto, que se veía venir de lejos, como vendrán otras cosas y casos más, no es causa de una división, si no de una consecuencia. En realidad es el efecto de una causa. Subió a su lomo al escorpión, y naturalmente… Ya desatada la pandemia, Sánchez pudo comprobar cómo Podemos emprendía caceroladas y consignas contra el Rey (desautorizando, por supuesto, las que le hacían al propio Iglesias, y es que no es lo mismo darlas que tomarlas), a cuenta de y contra aquella Transición que nunca han tragado. Y cómo se alineaba con los de Comú, e incluso con Bildu, aliándose con los nacionalistas en su cruzada de ensalzamiento de sus presos como héroes de su dudosa democracia, cargándose la verdadera y auténtica que los acoge, y haciendo mártires de los delincuentes… Así que no, tal y como Sánchez decía y temía, difícilmente se puede hacer un discurso coherente desde un gobierno descabezado por un bicefalismo diluyente, ya que una de ellas se dedica a falsear, empozoñar y debilitar a la otra sin importar los más rastreros métodos. Pero sí, eso ya lo sabía Sánchez, así que…
Ahora, precisamente, sí que se ha acertado fijando y remitiendo el debate al pacto constitucional, un tótum donde se reconoce a la Monarquía Parlamentaria como forma de gobierno, y colocando la Corona como institución por encima de las personas, por muy reales y aforadas que éstas sean (tal es el caso del affaire del emérito), y no un tótum tipo tienda de chuches, a gusto del consumidor ocasional o del legislador de turno…
Sin embargo, comete un error de bulto si, tratando de evitar tensiones con su innoble socio, les hace pequeñas concesiones. Eso no cambiará nada, no evitará que Iglesias le siegue la hierba bajo los pies si le otorga la mínima ventaja para seguir desestabilizando con sus malas artes. Actualmente, por ejemplo, anda enredando con un proceso constituyente, y se sospecha – hay serios indicios – de que Pedro Sánchez le está consintiendo idiotamente ese juego incendiario. El dejarle denigrar al rey saliente presentando como una fuga para evadir la justicia, lo que en absoluto es así, falseando arteramente lo negociado entre Moncloa y Zarzuela, y todo para distraer al personal de la pésima gestión de la segunda oleada pandémica, es de una mayúscula irresponsabilidad y un enorme error político de futuro calado.
Podemos, en realidad está aprovechando la crisis económica y social provocada por la también crisis sanitaria, para dirigir el descontento contra la institución monárquica, y, de retruque, contra el propio Psoe, provocando así una tercera y no menos importante crisis: la institucional. Y lo está logrando animando a un neorepublicanismo de tienda de Coronel Tapioca, entre ciudadanos de escasa cultura histórica, pobre formación, y manipulada desinformación inyectada en despobladas meninges, que jalean como buenos tontos útiles la moda del momento, sin tener un conocimiento cabal de nada. Mucho menos de lo que es una monarquía parlamentaria y/o una república…
Así que sí… Sánchez llevaba razón cuando decía que no quería compañeros de cama como Podemos… Si al final tuvo que hacerlo, que apeche con las consecuencias, y que ponga al desleal cónyuge en su sitio rotundamente. Más vale una crisis de gobierno que una crisis de Estado, mil veces pares. Tenemos muchas cosas más graves, importantes y perentorias que eso, de las que preocuparnos, como para andar haciéndoles el juego a los piratas. Primero la casa y luego las ratas
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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