LA AMBICIÓN
- Por miguel-galindo
- El 30/09/2016
Decididamente, Pedro Sánchez ha resultado ser lo que se sospechaba. Un jugador tramposo, fulero y ventajista. Un trilero. Y a cada momento resulta más patente que solo le importa su propio culo. Ni su partido, al que va a arrastrar en su desmedida ambición, ni mucho menos España, a la que está utilizando para sus exclusivos intereses políticos y personales. Solo hay que ver el bochornoso espectáculo que uno de sus escasos valedores, Miguel Iceta, vendido al nacionalismo catalán, le montó en plena hecatombe vasca y gallega con el más desaforado, vulgar y fanático tufo mitinero. Demagogia y desvergüenza pura.
Pero, además de ambicioso, desmedidamente ambicioso, es un oportunista que, aprovechándose de su personal posición actual de ventaja como secretario general de su partido, arma unas primarias-exprés, a toda prisa, sin tiempo material para que ninguno de sus posibles rivales pueda hacerse con los nueve mil avales necesarios para optar al cargo, y dejarse a sí mismo como único y solitario aspirante para volver a optar al mismo. Muchos de su partido se oponen, algunos paniaguados lo apoyan, y otros tantos tibios correveydiles ni quitan ni ponen rey pero ayudan a su señor. Si su ejecutiva federal le consiente la felonía (y miren el secuestro de la misma que ha montado), será el principio del fín del Psoe. Ojalá me equivoque, pero al tiempo… Este sujeto ya se ha adelantado y ha dicho que si no se la consiente, él tampoco va a dimitir. A buen entendedor…
Un personaje como este hombre, que desde que se hizo de la secretaría general del Psoe a su modo (acuérdense de Tomás López y de Eduardo Madina) ha ido cosechando fracasos uno tras otro, con quien su partido ha conocido los peores resultados electorales de toda su historia, donde ha ido perdido votos por un tubo en todos los comicios y lugares, que no ha asumido responsabilidad política por ello, ni piensa asumirla, más bien, al contrario, sigue encabritado en su locura de ceguera y prepotencia… es muy, muy peligroso. Cualquier persona honrada, honesta y consecuente, hubiese presentado la dimisión con los resultados obtenidos bajo su responsabilidad. Nicolás Redondo, lo hizo, y aquellos resultados los envidia hoy el Psoe…
Su tapado socio personal, Podemos, ha aprovechado el momento crítico en el que se columpia, y le ha mandado un aviso frontal y beligerante. Ya no sirven los melífluos cantos de sirena, ahora va de hechos, y han roto el pacto de apoyo a García-Page en Castilla La Mancha. Unilateralmente. Además, acompañado de un mensaje clarito y sin confusión: ahora ya no vale apoyarte en nosotros, chato, ahora exigimos fifty-fifty en el gobierno y en ministerios. O lo tomas, o lo dejas, orejas…
… Y Pedro, empujando cada vez más a su ya desmadejado partido, debilitado y dividido internamente por él mismo (tal es su estrategia), lo lleva al desastre, o a coaligarse con un partido populista, que es una hidra de cien cabezas, de mareas, pleamares, resacas, junts per sí y per no, de postulados separatistas y lo que haga falta, para cada cual exigir luego su propio botín de los despojos, y montar la ceremonia de confusión final.
Él – Sánchez – solo quiere pillar su sardina. Al precio que sea. Aunque tenga que poner a su propio partido – PSOE – sobre la mesa como pago de sus propios fines. Y es lo que está haciendo, no lo duden.