LA CARCOMA
- Por miguel-galindo
- El 20/02/2019
Desde hace tiempo vivo en una especie de sentimiento de provisionalidad. No sé si sabré explicarme, o si algún alguien me entenderá. A mi edad, todo lo vivido, dictadura, democracia (aunque no completa), se juntan en una especie de indescripción inquietante. Hoy nada es previsible. Vivo de una pensión que, si algo tiene de seguro, es que no es segura, y que está sujeta a una contínua – y dudosa – improvisación del gobierno (o desgobierno) de turno.
Por otro lado, la irrupción de Vox en el panorama social y político… bueno, en el social ya estaba, su discurso y sus poses, incluso su escenografía, me recuerda demasiado mucho a aquellos camisas pardas que empezaron a mostrarse en Italia o Alemania en el período de entreguerras, con su chulería y amenazante prepotencia hacia todo el mundo que no entrara en su clisé preestablecido. Tengo claro que muchos lo verán como amigos (por eso están ahí, porque han empezado a entrar en su discurso) pero la historia enseña que pueden ser más enemigos que amigos. Yo me siento inquieto, inseguro, y es porque esta gente no respeta a los que no piensan como ellos. Ya saben: podemos llegar a ser sospechosos amigos de judíos… digo de moros, y todo eso…
Pero es que, en nuestro refugio natural, Europa, tampoco corren buenos tiempos. La zarpa derecha de Trump, Steve Bannon, cuya estrategia consiguió meter a su jefe en la Casa Blanca, después desembarcó en nuestro continente a fin de sembrar, asesorar, apoyar, organizar y financiar la derecha populista que haga posible cargarse a la propia UE en su propia cuna. EL objetivo es armar una ultraderecha fascista con líderes como Farage, Van Grieken, Salvini, Le Pen, Orban, etc… y, algo muy importante, lograr que la clase media cada vez menos media se empobrezca aún más, y que sus jóvenes generaciones perciban a la inmigración como problema y causa de ello. De ahí, al rechazo a la UE señalándola como culpable, hay solo un paso. La ceguera de las masas manipuladas por la falsa información desde su infraeducación, y entregada a una cultura narcisista y consumista, hará el resto…
Y es esa imprevisibilidad la que me mantiene inquieto en los que ya son mis últimos años sobre esta tierra. Son fantasmas regresados del pasado, que se me aparecen, como si hubieran estado hibernando en los pliegues de la historia, y esperando a que los valores humanos se aflojaran, para aflorar de nuevo con rejuvenecidas fuerzas a su servicio… Porque, si se fijan, verán que son maduros oportunistas que manejan a legiones de jóvenes insatisfechos y subformados, lavándoles el cerebro al más puro estilo nazislamista, que de ambas cosas tienen, puesto que son lo mismo…
Un skeenger, o como se llame, y un soldado de Alá, como un Gudari vasco o un CDR catalán, son iguales en la forma y casi que en el fondo. Usan los mismos medios (violencia e intimidación) y utilizan las mismas maneras: lo que le dictan sus gurús y sus ulemas, aunque los primeros sirvan a los grandes Bannon´s y a las oligarquías del mundo, poderosa y financiera, que te infla igual el globo económico, o que te lo hace explotar en el momento oportuno, con el fin de enriquecerse ellos empobreciendo a los demás a extremos que generen la insatisfacción necesaria para implantar sus fascismos de nuevo corte. Que esa, y no otra, es la rueda de su estrategia. Y el cuento del volver a empezar.
Me acuerdo, ¡ángelicos..!, de aquel Mayo francés del 68, de aquel mundo de hippynuncajamás, con lo que se iba a cambiar el mundo. Nadie supo ver – ninguno lo supimos – que el mundo no se puede cambiar sin cambiar a las personas. Y como las personas no cambiaron – no cambiamos – el mundo tampoco cambió… Algunos álguienes supieron verlo así, y cambiaron los modos, las formas, pero no los fondos, que siguieron igual de sucios y oscuros. Y nació una sociedad de nuevas maneras con las mismas maderas. Pero la carcoma siguió anidando dentro, y ahora se manifiesta con toda su hambre.
El próx. Viernes, 22/02, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7: 7, CONFESIÓN TÉRMINI.- Una reflexión muy, muy personal.