LA CONFIRMACIÓN

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Mis lectores ya saben que el tema del Cambio Climático lo he convertido en recurrente, y no de repente, que hace décadas precisamente… Ya escribía yo artículos apoyándome en la sola ciencia, y el personal se reía de ellos y de mí, burlándose socarronamente. Y nadie creía lo que no deseaba creer, y se desautorizaba a todo el que osaba hablar de ello. En la actualidad, las risas se han convertido en prisas, y las burlas en muecas. Pero seguimos sin querer hacer lo que debemos, o al menos, cuanto debemos. Ninguno. Es ya tan drástico y dramático el cambio, que todos disimulamos, eso sí, apuntándonos a verde, o sea, yo reciclo, luego soy salvo, y responsabilizando a políticos y países, que por cierto se han montado un teatro guiñol para darnos y darse largas, y tomarnos el pelo y crecepelo de la credibilidad…

            Mis últimos artículos sobre el fiasco de la Cumbre del Clima de Madrid, que lo único que ha conseguido (posiblemente lo único que se buscaba) es negocio para la capital de España, que, para unirlo al de la Navidad y el consumo, se reinvierte en millones de luces, eso sí, leds, que al gastar menos se pueden poner más, si bien el gasto de organización de la Conferencia, claro, recae en los bolsillos públicos, como tiene que ser… Entre todos costeamos el evento, y unos pocos recogen los beneficios. Todo esto me ha llevado a barruntarme que los que se ponen de guardeses (a gastos pagados, naturalmente) del clima, lo que están haciendo realmente es negocio con el clima a costa del clima, y con nuestro encendido aplauso por las migajas, encima.

            Y miren por dónde, he venido a recibir una autorizada confirmación a esos temores míos, que también comparto con ustedes que me siguen a través de estas crónicas del alba. He recibido un e-mail de D. Pedro Pozas Terrados, que fue nombrado, junto a otros 103 ciudadanos del mundo mundial, Observador de la Sociedad Civil por la Secretaría del Cambio Climático de Naciones Unidas… Alguien que sabe muy bien lo que dice y lo que se cuece. Y me cuenta: “Lo que dices es totalmente cierto. Me he pasado los quince días entre la zona azul y la verde. Patético. La zona azul era una Feria, un Fitur de países y empresas que se han subido al carro de la conservación del medio ambiente”…

            …Y añade: “yo he realizado todas las crónicas de los días, y las he subido a nuestra web (www.proyectogransimio.com) en una pestaña abierta arriba como COP25-PGS”… Termina su amable, comprometida y comprometedora misiva con un “Lo dicho, un artículo genial el que has escrito”, que le agradezco en lo que vale, y al que correspondo con un cordial saludo desde estas líneas.

            En definitiva, esta persona que me escribe, ha visto por dentro lo que yo he intuido desde fuera. Su visión y su versión se basan en estar en primera fila, y si confirma el sentido de mis escritos, es porque, si en su primera línea, su opinión coincide con la mía, no voy muy descaminado en mis sospechas…

            Mientras los países y los políticos se monten a nuestra costa sus “fitures”, como los llama nuestro amigo Pozas, ferias y negocietes, debidamente pintados y pintadas de verde ecológico y ecológica, faltaría más, nosotros, los espectadores del patio-butacas, y los de la clá, seremos los que pagaremos el grueso, yo creo que el total, de la factura de los desastres que nos aguardan. Y algo de corresponsabilidad en ello, sí que tendremos…

            …Porque nosotros seguimos consumiendo como auténticos poseídos en todos los “x days” que se inventen, comida, ropa, cacharraje, y cuanto se ponga por delante. Seguimos quemando gasofa y enviando toneladas de CO2 a la atmósfera en cada puente, festivo o no lectivo que agarramos del almanaque. Seguimos montándonos campañas consumistas y festivales acumulabasuras sin pensar en las consecuencias. No vemos, no queremos ver, que nuestro turismo agresivo y depredador, como nuestro modelo hedonista de entender la vida (incluida la Navidad y sus comidasde…) es culpable directo de lo que se nos viene encima…

            Y el quejarse de lo que se nos viene encima, poniéndonos el pin ecologiverde en la solapa, es tan solo que un ejercicio de hipocresía por nuestra parte. Ellos (esas mismas empresas de las Conferencias) son los que nos han “vendido” este modo de vida, y nosotros lo hemos adoptado y adaptado como las caparras que somos. Y son los mismos que ahora  nos vuelven a “vender” lo aparentemente contrario. Así que, si no cambiamos nosotros en profundidad, radicalmente, ellos lo único que van a hacer es seguir sacando tajada hasta el final… Si esperamos otra cosa, es que aún somos más tontos de lo que ya somos ciegos.

Publicado por MIGUEL GALINDO SANCHEZ en 23:33

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php