LA FUENTE DE LAS OVEJAS
- Por miguel-galindo
- El 20/11/2019
Vuelvo a lo de la última dana, vuelvo al hogar, como mi tocayo Ríos volvía a Granada… Todos los políticos de todo pelaje, tanto nacional como regional, con el broche de oro de los Reyes, claro, naturalmente, se dieron una vuelta por aquí cuando la gota fría nos volvió a dejar en calzoncillos. Todos y todas se dejaron caer por el tanatorio, todos y todas dieron el pésame bajo luz y fotógrafos, todos y todas prometieron que todos y todas tendrían su incondicional ayuda y apoyo, todos y todas se hicieron un dorado hueco en los medios de comunicación, y todos y todas se largaron por donde habían venido, entre sonrisas y lágrimas peliculeras y cocodrileras.…
Ahora resulta – eso dicen esos mismos medios de comunicación – que las ayudas prometidas dejan fuera a la mayoría de los afectados. La exclusión por segunda vivienda, por sótanos, por la estrictas condiciones económicas y/o familiares, o por el nivel social comparado arbitrariamente con el nivel del agua alcanzado, o porque hay más caradura que perras, hacen que pocos, muy pocos, puedan beneficiarse de tales ayudas. No es lo mismo prometer que cumplir, como no es lo mismo cumplir que medrar, pero sí que es lo mismo decir que mentir. Tal es la ignominia de clase política que nos hemos dado y se nos ha encaramado.
Naturalmente, claro, aquí nadie cumple. López Miras dijo que en los próximos presupuestos habría pasta para el Mar Menor. Lo dudo. Esos presupuestos están hipotecados hasta las cachas, tiene que pagar nuevos puestos y competencias a sus socios de Ciudadanos, y nadie vá a permitir quitarse de su bolsa para ceder nada por nada a nadie, y la deuda pública de la Comunidad ya duplica lo autorizado… Así que el zagal este dice que cumpla el gobierno central, el de Madrid, que también vino aquí a hacerse el sellfie y ponerse flores, así que afloje él o le pida la pasta a Europa, que pá eso está… Y esta situación, que algunos pocos ya la veíamos claramente previsible entonces, cuando tanta condolencia y palicos en la espalda, otros muchos aplaudían, acompañaban, abanderaban y pancarteaban agradecidos a cuanto falso profeta se acercaba a sembrar réditos electorales, que no a otra cosa, mariposa…
Y es que existe poca ciencia, menos conciencia y mucha menos coherencia por esos y estos lares malabares. La ciencia pagada y subvencionada solo cuenta lo que le mandan y lo que le dejan. Luego vienen otros a decir que la mortandad de peces que nos puso en el mapa del mundo de la vergüenza no se debió a un vertido puntual, que ya el 80% de la fauna y la flora yace muerta en el fondo del mar. Lo de la conciencia, cada cual elabora la suya propia según su interés, y sálvese el que pueda. Y en cuanto a la coherencia, enfín… Días después de esa macromuchimanifestación de condolencias y exigencias, esa misma comarca dolorosa y dolorida, viene y vota en masa a Vox, que por no creer en esas zarandajas, no cree ni en el cambio climático, que dice que es mentira… Sorprendente.
Y a propósito del cambio climático, que sí, que claro que existe, por desgracia, y que ya empieza aquí, entre nosotros (solo los bobos de baba y los sinvergüenzas son capaces de negarlo), la última voz de alarma dada y autorizada, es que en 8 o 10 años, este cambio elevará el nivel del mar en nuestras costas unos 80 cms… Muchos centímetros son esos y muy poco tiempo es ese plazo. Y esto se supone sin contar las gotas frías, danas, o lo que sea, que también se sumarán a esta fiesta.
Y todos los de aquí, con nuestros políticos a la gresca, echándose culpas y responsabilidades los unos a los otros, nosotros entrando en su juego de la manera más tonta, justamente cabreados cuando nos dejan caer cuatro míseras perras gordas (les queda para subirse ellos un 30% el sueldo, no para esto), cada uno encasillándose en sus intereses personales, gremiales o partidales, y el general del general clamando porque no nos quiten nuestra fiesta de cada día, que, como el pan nuestro, dánolas hoy señor, o señora… y todo esto y a todo esto, invocando a Vox voté… que mirando al mar soñé… como cantó Jorge Sepúlveda.
Y, como en el castellano refrán, entre todos lo matamos y él solico se murió… Deberíamos dignificar en lo posible lo miserable de la situación, confesando como en el clásico: “¿Quién mató al Comendador?.. Fuenteovejuna, señor..”. Poslomesmo.
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