LA INTERNACIONAL POPULISTA

  

Ya lo sé… estaba tardando en escribir sobre lo de EE.UU., y sobre lo del “Trumpazo” y todo eso, pero es que se está hablando y escribiendo tanto, que, al final, a uno le queda poco por añadir… Pero sí, ha votado la América profunda, y ha salido Trump. Eso, y no otra cosa, es la realidad pura y dura a la que nos enfrentamos. La cantidad de gente que ahora se tira a la calle a gritar “no es mi presidente” solo demuestra una profunda división social, pero en democracia hay que tragarse y respetar lo que vota la mayoría. Otra cosa, claro, es lamentarse.

                Y Trump supone el renacimiento y la revolución de los nuevos populismos, basados en lo más retrógrado de la sociedad humana: alzamiento de muros y fronteras, expulsión de inmigrantes, vuelta a los trasnochados proteccionismos, racismos, retroacción de los derechos humanos y de las mujeres, como de las minorías, machismo al más soez estilo, el fin del buen rollito, y la puntilla a la colaboración internacional…

                …Salvo, naturalmente, con aquellos otros países que apunten a lo mismo. Porque esa especie de Internacional Populista es lo que se intenta formar y apuntalar, y Trump es la principal cabeza visible, por ser la del aún el país más destacado del mundo. Pero ahí están los Farage, Therese May, Orban, Marie Le Pen… los alemanes de Pegira, los nazis griegos… todos relamiéndose de gusto y afilando sus uñas para su asalto al poder. Saben que contarán con el apoyo, aunque sea solapado, de la principal potencia presidida por un siniestro loco.

                Y si bien el populismo de izquierda quiere camuflarse como de tener una lectura aparte, es lo mismo al fin y al cabo: populismo de pura cepa… Aquí, en nuestro país, Susana Díaz no ha tardado en señalar a Unidos Podemos como los trumpistas en España. Pero es que Pablo Iglesias saltó y soltó de inmediato, que cuidado, ojito, que ellos son populistas de izquierdas, no de derechas. Y que no es lo mismo, que no es igual (pero adviertan que no niegan su populismo)… sin embargo, sí que son iguales y lo mismo. Fíjense que Trump al primero que llamó fue a Putin… No digo más.

                Otra cosa son las razones que impulsan a los ciudadanos a votar a estos peligrosos especímenes. La insatisfacción, una crisis que se sabe provocada por los poderes fácticos, una pérdida de privilegios de una clase media cada vez menos media, la enorme desconfianza en la clase política… Aunque este caldo nunca, jamás, produjo buenos guisados, sino más bien buenos venenos… Así asumió Hitler democráticamente el poder, por mal ejemplo.

                …Pero hablaremos más y mejor mañana en el programa La Pinza de Radio Torre-Pacheco, a eso de las 7 de la tarde. Después, se colgará en las redes. Aunque a mí, personalmente, me gustaría que todo esto quedara colgado de nuestras conciencias… Ahí nos vemos.