LA IZQUIERDA DE...

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Se sabe que el socialismo europeo decae y languidece como depósito moral de la izquierda, y que, desgraciadamente, va siendo residual, lenta y gradualmente. La nueva izquierda hoy es extrema. Tan extrema, que es fascista, populista, nacionalista y hasta xenófoba. Ocupando las ruinas de la gauche divine están ahora todos los populismos europeos, dándose el brazo con los fachas del otro extremo del espectro que integra a ambos fantasmas… Aquí, en España, el reflejo europeo toma forma en los nuevos populismos de siempre, que son los viejos de toda la vida, si bien antes andaban de la mano de la extrema derecha, así como también está el viejo y decrépito PSOE. Pero el PSOE de Pedro Sánchez, que es el peor de los Psoe´s posibles.

            Porque sí. Pedro Sánchez lanza su desesperado “Somos la Izquierda”, y hace un esfuerzo no menos desesperado por mantener una ilusión caduca y caducada, pues la izquierda cerril la han ocupado unos nuevos bárbaros que ansían tomar el poder absoluto, y que creen poder, y así lo anuncian en el neón de sus siglas: Podemos, cercar y aniquilar a la izquierda ilustrada y civilizada, educada y desfronterizada, y cultivada, la izquierda social y justa de siempre, que él mismo está enterrándola en el barro de la historia, y conduce la nave socialista dando bandazos, desprovisto de ideas y hasta de ideales. Con un timón mayor y más grande que el timonel. Y que va a la deriva…

            Porque un Psoe que respalda el cupo vasco, haciendo más rica a una región ya rica, a costa de regiones más pobres, no es la izquierda, ni por allá pasó… O un Psoe que da cobertura y apoyo a los gobiernos regionales nacionalistas – ejemplo valenciano, o balear – donde hacen súbditos de sus ciudadanos en la estela del más puro catalanismo, no es, ni mucho menos, el ideal antropológico de la izquierda, ciudadana del mundo… Más bien al contrario, es un ideal rastrero, ruín, ombliguero y cobarde. Un Psoe que ayuda a los que le siegan la hierba bajo los pies, los de Podemos, a conseguir 8.000 ayuntamientos que nunca ganaron, en toda España, no es defender la izquierda, si no atacarla. Por lo menos la suya, la de ese dudoso “somos la izquierda”.

            Un Psoe que niega que en Cataluña se está adoctrinando a los niños en la antihistoria y en el odio a España, y que sabe y consiente que en sus universidades e institutos se imparta la empozoñada Formación del Espíritu Nacional del catalanismo más dañino, no representa a la izquierda, si no a la ceguera… Un Psoe que ampara descaradamente a una TV3 y una Catalunya Radio, que son las mayores fuentes de torticera intoxicación y manipulación, no es ser de izquierdas. Ni de lejos. Confunden, a sabiendas además, la libertad de expresión con la subvención a la expresión. Pero interesada y falsificada.

            Así que no… Gracias a Sánchez, el Psoe no es de izquierdas, ni es la izquierda que este Pedro y sus pedroglifos se desgañitan en propagar en tan escueto slógan. Puede valer como publicidad de feria, pero no sirve como realidad seria. Pues la realidad es que la izquierda, como un valor en, y de, la escala de valores morales, se empezó a difuminar y a evaporarse hace bastante tiempo, acomodada en un confortable aquimelasdentodas. Aquella izquierda vendió su primogenitura por un miserable plato de lentejas servido a través de puertas giratorias…

            …Y hoy vinieron los vándalos a ocupar su vieja, arcáica y desgastada retórica, en un intento de robarle la cartera, de secuestrarle lo que dejó de ser, de afanarle el frasco de unas esencias revolucionarias de trapillo con el que engatusar a los tontos que son y que siempre han sido. Pero aquella izquierda, aquella que aprendió nuestros nombres, aquella… no volverá.      Ni de coña.