LA POSTAL DEL PASTEL

Hace poco, entre las páginas mediáticas adelantadas a la Semana Santa última (tres semanas al menos, como en Navidad), se abría un espacio de enorme interés: “En busca del mejor Pastel de Carne”, cuidao bacalao… El primer concurso regional, con ínfulas de Simposium, de la mayor seña de identidad gastronómica murciana – capitalina, no regionalina – en busca de la receta con mejor sabor y saber, mejor textura, mejor elaboración, mejor todo, el summum de la geogastronomía de Murcia City en pastel: el de carne, claro, naturalmente…

            E imagínenselo ustedes: una reunión de los mejores catadores, más ilustres e ilustrados gastrónomos, los más altos representantes en materia gustativa y degustativa, con sus cuidadas batas blancas, impólutas, como expertos cirujanos de la bel couisine, serios, circunspectos, sacándole las tripas a todo pastel (cata a ciegas), oliendo, saboreando, oyendo el sutil crujido del muy elaborado hojaldre… ojos cerrados, concentrados todos, sentidos afilados y entrenados para, tras arduas exposiciones y cuidadas y sesudas discusiones, llegar a la conclusión de que ese, precisamente ese, ese y no otro, es el ganador absoluto…

            …Para que luego venga, imagínenselo, un tío, o una tía, un desaprensivo o desaprensiva, y suelte aquello de: posustedes dirán lo que quieran, pero a mí me gusta aquél, óigan, ¿qué quieren que les diga?.. Y es que, por supuesto, en gustos no hay nada escrito… y en disgustos, tampoco. Al final de todo es que la pitanza se cocina para que el personal común, gente normal, del natural de la calle, se la zampe. Se ha hecho toda la vida, sin que ningún colegio de expertos gastrónomos le diga que aquel plato es mejor que este otro.

            Hoy, todo se ha diplomado, orlado y certificado. Capitostes de la factoría Chefs del Universo, versados titulados en sabores y saberes, olores y colores de la morcilla hecha divinity son los que manejan y mangonean las pautas de lo que a usted debe, o no debe, gustarle… Esto, mire usted, pobre e ignorante mortal, viene de los fogones gloriosos de Can Churriflash, nada menos… ¡Ah!... posentonces no s´hable más… pero a mí, y perdón por la grosería, me siguen gustando más, muchos más, con perdón, los güevos fritos de buen sopar…

            Lo mismo, igual, se hace con un libro, una película, un cualquier cosa… Antes de catarlo hay que promocionarlo. Y en esto existen varias técnicas. O con estrategias comerciales que apuntan a la venta antes que a la puesta, o con estrategias subliminales de sublimes expertos convocados para canonizar, en versado jurado, un determinado producto. El que sea, pero bajo dogma previo…El pastel de carne mursiano de Mursia, for example… Mireusté, el mejor es el del maestro Campanillas de las Canillas, que ha ganado el olimpo carnipastelero de ser el primero…

            No deja de ser una forma de dirigismo. O bien hacia un determinado producto, o bien hacia una determinada marca de un determinado producto… No es otra cosa. Creemos (de crear, no de creer) una sobrecalidad para los pasteles de carne. Vale, bueno… pero los pasteles de carne en sí mismos ya tienen esa calidad intrínseca, ¿no?.. Ya, pero hay que promocionarlos, así que algo habrá que inventar para estimular, aún más si cabe, su venta, que es lo que, en definitiva, importa…

            Y no me malinterpreten, anden, porfa, que yo no estoy contra ningún pastel. Si acaso, estoy contra el pasteleo, entiéndanme… No es que existan unos pasteles, cordiales, mantecados, tartas merengadas o rollicos de anís, mejor que otros, no, es que existen personas que les gustan unos más que otros. Y eso existirá mientras los seres humanos sean humanos, y no sean robots manipulados… Vamos, creo yo…

El próx. Viernes, 03/05, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7 (queda colgado en YouTube): REPUBLICANOS ENANOS, que no tienen ni idea de la historia.

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