LA PRENSA NUESTRA DE CADA DÍA...

Mejor no me pregunte qué tal las Navidades… Relativamente bien, o mal, pudiendo haber sido peor, pero también mejor. Un mes previo con una lumbalgia persistente, y recurrente; empalmada a un herpes en el pecho y espalda, de vuelta y vuelta; y todo ello tuneado con un uñero que aún da asco verlo; más un ganancial añadido, portado por mi señora, que tuvo la ocurrencia de intoxicarse con tres jodidas gambas, o con el puñetero rebozo de las mismas, pues iban vestidas de lagarteranas. En conclusión: una Nochebuena y Navidad hechas unas auténticas pascuas… Pero, óigan, gracias a los dioses del Olimpo, todo este empanaje sin cóvid de acompañaje, lo cual, y dado lo que corre, es muy de agradecer…

Esto, comparado con las noticias que han sido el mazapán nuestro de cada día, aún es mucho, muchísimo más, digno de agradecerse… Porque, además hemos estado a dieta rigurosa de volcán-pandemia-politiquería/bellaquería, y vuelta a empezar. El primer toletolediario, se les ha caído del triunvirato, o mejor dicho, de la triunviruta lo de la Palma, por lo que, si no se reactiva (Vulcano no lo quiera) tendrán que buscarse algún sonajero de sustitución. Pero los otros dos, tienen, al menos, hasta el día del juicio final hacia el medio día, ya que ni nuestra estadística covídica, ni nuestra mediocridad política, van a ser una materia de la que librarnos tan fácilmente. Por lo que tienen de dónde seguir suministrándonos adormidera plañidera por bastante tiempo.

Porque muchos medios de comunicación, fíjense vuesas excelencias bien fijadas, jamás en la historia de la Democracia en España, han estado tan domesticados como en la actualidad. Se limitan casi que a tres cosas, que parecen partes oficiales: a los deportes, al tiempo – que soban una nevada cosa mala -, y a las gilipolladas y rifirrafes de nuestros políticos… Y, claro, por supuesto, a lo de los covidiotas, y los temas institucionales recurrentes del buen rollito y corrección política: que si el Día de la Mujer, que si el de la Lgtby del arco iris, o alguna otra labor o festejo que se precie, sin salirte de las normas establecidas por el alto mando… Yo mismo puedo dar fé de ello, en el que este año recién enterrado se pasaron por su pésima honra más de 30 años de ininterrumpida y desinteresada colaboración con una de nuestras cabeceras regionales, sin una sola, ni mínima, explicación de los motivos. Aunque no hacía falta tampoco: el salirme de la orquestada ortodoxia impuesta. La sublime y sutil nueva censura.

No es nada nuevo esto, salvo la sutilidad de hoy ante la autocracia de ayer, naturalmente. Lo que pasa es que ese ayer era una sola unidad; una pequeña – pero impostada – grandeza; y una libertad que no era libre… Pero, por lo demás, se le da un muy sospechoso parecido. Además, ahora estira mucho más que antes, dónde va a parar: antes había que conformarse con excelentísimos secretarios y/o dignatarios regionales de que su excelsa hija había sido elegida para ser Reina de unos Juegos Florales en Lameculos de Arribaspaña; y en la actualidad se multiplica por 17 Cortes completas de presidentes, consejeros, cortesanos y palafreneros, que ensanchan el cuento de María Sarmiento hasta el esperpento. Dónde siempre van a cagar(la) pero nunca se las lleva el viento…

Antes, a los gobernadores civiles y alcaldes y jefes locales del movimiento, había que chuparles la pipa (no me malinterpreten, porfa, o sí, malinterprétenme si así les place, me da igual), pero ahora, con limitarse a contar y cantar sus ocurrecias, ¡¡ Já bolt ¡! y las ridículas, pastosas y patéticas diatribas con la triste oposición; o sus más que orquestadas bolas y trolas, la cosa vá que chuta, viruta… O eso, o nos cancelan los anuncios oficiales de la cartelera a página entera, que te vas a enterar. Tú verás, Tomás.

Así que, en este país, es mucho más conocido cualquier politicuatre semianalfabeto; corrupto e inepto; ruín y vulgar sujeto; mediocre y tiñalpa; inculto e ineducado, que un escritor, un músico, un científico, un filósofo o pensador, un artista, o un Premio Nóbel… o Princesa de Asturias, que es una muy digna y real tapadera cultural para la burricie del general… De ahí que no puedo estar más de acuerdo con Arturo Pérez Reverte, cuando afirma que “si uno se fija, una buena parte de la información política en España (y es casi toda la información que hay) va por ahí, por la letra pequeña, por la estupidez, por la chorrada”.

Nuestra prensa es el hola político-plástico: que si la moción de censura del alcalde de Villaliendres; que si la alcaldesa de Madrid le ha hecho la cobra al impertinente de su presidente; que si no se levantó el ministral colorao ante la bandera es porque tuvo un espasmo de colon irritable; que si la regidora catalana fue porque no le dio la gana, ya que el rey allí estaba; o si es que le daba, es por ser una tontalhaba…

Pero miren, se ha hecho profesión de la domesticación. Por lo menos aquí. Por parte de ambos: de la clase política, que sígueme el plan que yo te daré el pan; y de la clase prensil por servil, que de libre se ha convertido en liebre.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com