LA PURA y única VERDAD

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Con respecto al Museo Paleontológico de la Evolución Humana en Torre-Pacheco, o como quiera que se llame al final, si es que llega a su final… a un final satisfactorio, se entiende, que es como nació en su día, se están oyendo demasiadas inexactitudes, no sé si interesadas o no, pero me siento en la obligación – obligación moral, claro – de cumplir con mi responsabilidad de contar las cosas como fueron, y no como algunos quizá quieren que fueran, o que no fueran…

            No voy a entrar (pues no es el propósito de este escrito) en las vicisitudes político-económico-estratégicas, o simple dejadez y/o vulgar ineptitud, que el proyecto ha soportado, y aún soporta, hasta la fecha de hoy. Ese no es el tema. El tema es cómo y porqué ese proyecto se consiguió en Torre-Pacheco y para Torre-Pacheco, a la sombra de los importantes hallazgos arqueológicos del Cabezo Gordo.

            Fue gracias a una iniciativa de la COEC de aquella época, a la voluntad de su entonces presidente Manuel Pérez de Lema, y a su personal amistad con Juan Ramón Medina Precioso, consejero entonces de Cultura y Educación de la Comunidad Autónoma de Murcia. Esa es toda la verdad. La pura y única verdad…

            Todo se convino y se fraguó durante una comida en el discreto pero afamado restaurant La Almazara, en Santa Rosalía, Torre-Pacheco… Por parte del Ayuntamiento, asistió a tal reunión su propio alcalde, Daniel García Madrid, acompañado por su concejal de cultura, Toni Madrid Izquierdo. La delegación de Coec, encabezada por Manuel Pérez de Lema, con Diego Illán, Mariano Rosique, Francisco Morales y yo mismo. Y el consejero Medina Precioso que acudió con un técnico de su departamento del que deploro haber olvidado su nombre. Allí y entonces se llegaron a los acuerdos precisos y básicos, de allí surgió el compromiso formal, y allí se formularon las bases de lo que vino después…

            Cuando algo puede llegar a ser importante, abundan los pechos sedientos de medallas, con la misma fruición con que se escurren los culos cuando se mete la pata. A mí no me gustan los homenajes a salto de mata y gratuitos, que abundan como las moscas, por cierto, pero respeto, y mucho, el homenaje de la Historia, porque es también un homenaje a la propia Historia, y eso sí que hay que recordarlo. Y honrarlo. Y por eso escribo esto hoy, aquí.

            Yo no deseo atribuirme parte ni honor en aquel logro. Tan solo estaba allí, y fui testigo presencial de los hechos. Y por eso mismo puedo contarlo. Cuando Maikel J. Wallker, empezó a hacer nacer los tesoros arqueológicos de las entrañas de la Sima de las Palomas, y a dar a conocer su importancia, yo tan solo me atreví a sugerir a Manolo Pérez de Lema el aprovechar su inmejorable relación con el ex-rector de la Upct, al mando entonces de la Consejería de Cultura de la Comunidad, y su buena llegada a Presidencia, para intentarlo. La reunión en La Almazara fue tan solo que el colofón de sus previas negociaciones bilaterales. La plasmación de un acuerdo. La escenificación de un pacto…

            Lo demás, no me importa, o me importa más bien poco. Todo es demasiado turbio y extraño. Pero el origen, la consecución del proyecto, fue así, tal y como lo cuento. Y no tengo ningún interés, ninguno, en dar testimonio falso de nada, pues ni gano ni pierdo nada, tampoco… Eso lo dejo para otros.