LA VIVIENDA

Esto es como una jugada de billar que se ha querido hacer de carambola y que ha salido como una chapuzola. Me refiero a la tan cacareada como esperada Ley de la Vivienda… Se estaba resistiendo Sánchez a las presiones de sus socios, los de UP, a una medida tan social como necesaria, sin embargo, ante la necesidad de su apoyo para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, al final ha cedido (y tampoco es que sea una cosa del otro jueves lo que han sacado adelante), si bien que zancadilleándola desde el principio: solo es voluntaria para las autonomías que la apliquen… Yo me pregunto qué puñeta de ley es una que no es de obligado cumplimiento, pero, en fin…

Al final, se ha hecho con tanta torpeza que solo ha servido como munición a la oposición. Una oposición que ha cargado con una demagogia desorbitada sobre la misma, tachándola precisamente de lo que no es en modo alguno… La comunidad de Madrid, por ejemplo, y naturalmente, ha sido la primera en decir que esperen sentados. Aquí, en Murcia, nuestro inefable López Miras, la ha calificado con su brutal demagogia de “comunista y dictatorial”, nada menos… ¡qué disparate!.. Y ya tenemos en bandeja servido el debate en medios, redes, y pienso en abundancia para opinadores televisivos, cada cual según su carnet de pesebre. Naturalmente.

Por supuesto, Casado y sus estentóreos llegan a decir hasta la barbaridad de que es inconstitucional, cuando es todo lo contrario, si es que es algo. La vivienda y su propiedad están suficientemente protegidas por el Artículo 33, como, sobre todo, por el 47… Lo que no se protege (y ahí mismo les duele) es el derecho a la especulación, que es, en definitiva, lo que ellos quieren, y a lo que – débilmente – intenta hacer frente esta Ley, sometida además a una inexplicable voluntariedad que la hace inútil de entrada… y de salida. Porque es el caso que esa Constitución lo que dice es que “los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias, y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho (el acceso a una vivienda digna), regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”… Mucho más con ese derecho de los españoles a tener dónde vivir y cobijarse dignamente.

Pero la derecha entiende, extiende y aplica el clasismo que defiende… En Madrid, que junto con Barcelona son las ciudades más especuladoras de España, se afanan en eso, precisamente, y se enorgullecen de ello… Publicada (en papel mojado) la Ley, los de Más País largaron su opinión destacando la palabra NADA, y explicando debajo: “… hará Almeida para regular los precios de los alquileres en Madrid”, respondiendo éste ipso-facto con la palabra: “Exacto”… Más clara, el agua. Una pareja menor de 35 años con ingresos medios, en Madrid, solo puede acceder a alquilar una vivienda en 13 de los 128 barrios de la capital… los más marginales, por cierto. (Análisis publicado en El País).

Este es el talante – y el talento – de los que atacan furibundos una Ley, tímida y timorata, y pacata, y encima violable. Por otro lado, Sánchez se ufana de dar una limosna a los jóvenes de 250 euros como ayuda para pagarse el alquiler… ¿Cómo se entiende esto?.. Si les da para eso, es porque sabe que “su” Ley no vale para nada, porque si fuera una ley valiente en ese sentido – como la alemana, por ejemplo – no necesitarían tal ayuda. Es una contradicción, y, si no lo es, desde luego no lo aparenta. Ya he leído por ahí que está resultando incluso un acicate para que los caseros suban el precio del alquiler al asumir que sus jóvenes inquilinos reciben ayudas para poder pagar más… Y el rumor viene del entorno, precisamente, de un Pablo Iglesias reconvertido en tertuliano de luxe, en opinador bien pagado, que es lo suyo…

Twiteaba Pablo Casado la irracional irresponsabilidad de que su partido “está a favor de que la gente haga lo que le dé la gana con lo que es suyo”, así, literalmente, obviando toda responsabilidad social de un bien público como es la vivienda… O es un desalmado, o es un ignorante, o se piensa (puede que lleve razón en esto) que los ignorantes somos todos los demás. Un país de incultos. Si yo tengo un Masseratti en mi cochera – que claro que es mío – don Pablo cree que tengo el derecho a sacarlo a la vía pública para hacer con él lo que me dé la real gana… Esa es la libertad de la que él habla: de la suya para los suyos, y los demás que chupen rueda, si es que pueden pagarla, cuando no se gana ni para los parches. Es una libertad selectiva. Por eso condenan como “libertinaje” la de los ácratas y la de los anarquistas… porque no es la suya del abuso del poderoso.

Pero sí que tengo claro una cosa: que este PP defiende los derechos y los privilegios de sus señoritos y cortijeros en lo que ni siquiera Franco se atrevió a hacer…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com