¿LARGARSE O MANCHARSE?

              

 En mi época de tonto útil llegué a conocer personalmente a José Gabriel Ruiz, el político que luego fue el consejero de presidencia de la Comunidad Autónoma de Murcia, y que recientemente se ha dado de baja del partido, el PP… Ya entonces me dio la sensación de integridad, y hoy veo que no me descaminó mucho el olfato. En la coherencia determinante de su dimisión destaca: “no puedo militar en un partido el que no voy a votar”. Una lógica aplastante, aunque muchos, muchísimos, de los suyos, perdón, de los exsuyos, sí que juegan a dos bandas, o a tres, o a lo que haga falta…

                El motivo lo expone alto y claro: “el PP ha perdido la brújula de la regeneración”. No estaba conforme con la deriva de su partido, y, simplemente, tras su trayectoria de servicio, ha tomado el portante… Yo creo que empezó a caérsele la venda de los ojos con la desfenestración de Alberto Garre, me parece a mí, y los sucios modos y oscuras maneras, y dudosos y podridos motivos, de hacerlo… Es tal el horror que tienen a la transparencia y a la limpieza, que cuando vieron que se disponía a sacar la escoba y la fregona, lo echaron a patadas y de malas maneras, de la peor forma… En su oficio y en su partido, a los que tienen buenos principios suelen darles malos finales.

                Es un partido donde los cafelitos de los paracaidistas murcianos en Madrid se cotizaban a cinco mil euros, y que, cuando se destapó el merder, el diputado aparta negocio y deja su puesto… a su señora esposa, y el cargo para la próxima legislatura. Un partido donde las puertas giratorias están engrasadas a tope guay, y en que la mugre de la corrupción le sale por todos los poros. Un partido, donde, a pesar de los desesperados intentos en frenar el desaforamiento de sus cargos, las imputaciones les afloran como las amapolas (una veintena en un solo caso, el Umbra, y en un solo ayuntamiento, durante muchos años de prácticas equis), y que ahora se les acumulan a otras que conforman una atiborrada cola, y otras más a punto de florecer.

                Como el caso de la desaladora de Escombreras, donde los cazos y malos usos no sé a los cargos que ya apuntan, y que van a explotar como fuegos artificiales, y donde, además, se vá a sumar la paralización de su actividad por abastecerse en una zona donde atracan petroleros y metaneros de una alta contaminación… Como lo del tan cacareado Ave, donde empiezan a asomar pingües beneficios antes de cavar una sola zanja, y cuyos empresarios aparecen fotografiados en alegre comparsa con los altos cargos de mayor altura… O como un aeropuerto con el ojo de la fiscalía puesto en su construcción… O como tantas pequeñas y/o medianas porquerías que apuntan sospechas a toda la batería política, desde el presidente emérito en tierras europeas al reinante en tierras propias, y hasta algunos/as alcaldes/as, pasando por consejeros/as y demás falange…

                Así que lo que habrá hecho José Gabriel no es más que un acto de absoluta coherencia. Si tu casa está repleta de mierda, solo tienes dos caminos: o la limpias a fondo o de largas de ella. Como no le dejan hacer lo primero, pues hace lo segundo… Para no mancharse hay que marcharse.