LAS DE TREVI

            He leído por ahí, en algún sitio, que las monedas recogidas en la Fontana de Trevi, que son bastantes, pues la tradición del fenómeno que suele producir en los incautos no es ya que, si echa el óbolo, se le van a cumplir sus deseos, no, si no que, si no lo echa, le pueden sobrevenir las peores cosas que imaginarse pueda. El “lila” piensa así ante estos fenómenos. Puedo cambiar bendición por maldición, si no echo ná… pos ahí van un par d´euros. Por si acaso…

            Por eso, como decía, son bastantes. Y más en la magia de Roma. Hasta ahora, esa especie de hucha iba a parar a Cáritas romana, que es bastante activa por cierto, pues no hay más carencias que en la capital cesárea y la sede catolicea. Pero el consistorio de la ciudad ha decidido quedárselo a modo de tasas por el disfrute otorgado a güirilandia. Ya yo… yo ya… han declarado fuentes (de Trevi) cercanas al Ayuntamiento. En realidad, dicen, somos sus legítimos dueños. Lo otro era una donación, y aquí bastante sabemos de, y tenemos con, la tristemente famosa por falsa Donación de Constantino, con la que la Iglesia arrambló hasta con los cimientos romanos, así que… no va más, Tomás.

            Es que son millón y medio de euros al año, acho, macho, y eso es mucho. Euros, libras, dólares, yenes, que, tras el idiota selfie puesto de espaldas, tiran a la fuente en plan gilipollas, creyendo que volverán a Roma, su amor será infinito para su amado o amada, o les tocará la bonoloto. Cuestiones egoístas al fin y al cabo, aunque se disfracen de pasta flora. La fuente de Canaletas, en Barcelona, intenta emular y competir, y compartir negosi con la de Trevi, pero es una bis, pues la alcaldesa apenas saca para cuatro pancartas antifascistas modelo Colau, y por el camino que va Barcelona de cerrilismo…

            Así que vuelvo a la de Trevi, con su romántica Dolce Vita colgando de sus manaderos (he dicho manaderos, con ene), con una Anita Eckberg espléndida llenando la fontana entera con su magnificencia y un Marcello Mastroiani embelesado y perplejo como un cangrejo, colgado de su anatomía de mujer-total. Las dádivas de los siempre tonturistas quedan bajo la diosa de carne viva, para lo que venga después. Todo en su tiempo y a su tiempo…

            Pero es que aún existe una historia peliculada anterior a esa vita dolce, y pertenece a la vida pícara. Se llamaba Tototruffa, del genial napolitano Totó, naturalmente… Trataba de un espabilado romano (Totó) que, percatado de un incauto güiri, le hace creer que él es el legítimo propietario de la Fontana, y que se la podría vender a buen precio. El que crea que alguien puede comprar algo por puro romanticismo es tonto de primera clase. Nadie compra nada si no obtiene algún beneficio, sea personal, sea capital, sea especular o espectacular…

            Cuando la de Trevi, que rinde sus muy buenos beneficios de credibilidad al personal, como los lugares de apariciones o fuentes santas. Como cualquier ritual constituido como tradicional o sagrado. Todo pasa por taquilla travestida de costumbrismo. Absolutamente todo. Lo del candadismo en ciertos puentes y lugares hace las delicias de las ferreterías. Tan solo es cuestión de iniciar un algo. El mimetismo y la estupidez humana hará el resto. Por ejemplo, plante usted en el jardín de su dúplex algo que diga haberse encontrado enterrado en el mismo: el Botijo de los Deseos, por ejemplo. Y haga correr la voz que se cumplen. Tendrá cola a la puerta de su casa. Siempre habrá un porcentaje de síes como de noes, es igual… El papanatismo, si enraíza, siempre resulta ser un buen negocio.

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PRÓXIMO VIERNES, 25 DE MAYO, 10,30 hh. En 187,7 FM: Programa de Radio EL MIRADOR.- Título: ANIVERSARIOS… (por alusiones)