LIBRE-COMERCIO
- Por miguel-galindo
- El 13/10/2017
Si nos ponemos a pensar “in profundis”, tengo que desdecirme a mí mismo de lo que durante tanto tiempo defendí. O creí defender, que esa puede ser otra… Y he de reconocer que la mayor amenaza para el libre comercio, es el comercio libre. Lo que pasa es que se ha secuestrado el término libre/comercio para promocionar y proteger el comercio menos libre de todos. Es como la protección de las mafias modelo Capone: tú me pagas y yo no te destrozo el negocio. Los que de verdad practicaban el librecomercio eran sus inventores, los fenicios, los más parecidos a los manteros y a los que fabrican pseudomarcas que solo se diferencian de las marcas en que no están protegidas por el pseudo libre-comercio.
Hoy, los que presumen de ser partidarios del libre-comercio son los más proteccionistas del mundo. Naturalmente, ellos no protegen el libre-comercio, si no tan solo “su” libre-comercio. Y eso se carga la libertad de comercio… Libre, sí, pero con nuestras reglas, claro. Nosotros ponemos las normas, fijamos las condiciones, establecemos las cuotas, los precios y los limites, y participamos del negocio en el porcentaje y niveles bajo nuestro control. Pásese por caja y ya puede usted abrir mercado en nuestro libre-comercio.
Cuando uno examina lo de la obsolescencia programada, la desaparición de la competencia (pueden existir cien marcas y una sola empresa que controla a “sus” fabricantes), el espejismo que al consumidor se le pone ante sus ojos sobre esa supuesta y virtual libre elección, es ficticia, falsa, y nos damos cuenta de cómo hemos facilitado, y protegido, y disfrazado, un régimen monopolístico comercial con la apariencia de su contrario.
En verdad, la lucha entre liberalismo y proteccionismo es más ficticia que real, cuando vemos que esos comportamientos llamados liberales son absolutamente proteccionistas… ¿Qué no?.. Saquemos cuentas los españoles - y es un solo ejemplo entre muchos - lo que nos ha costado de todos y cada uno de nuestros bolsillos, salvar a la banca libre y liberal, y entonces me dirán por qué hablamos de amor cuando quiere decir sexo… Pues en las violaciones solo hay lo segundo, y eso fue una total y absoluta violación con el Estado de mamporrero.
Así que, si no fuera porque los pulgones de este sistema estamos encadenados a la trampa mortal de nuestros empleos y nuestras miserables pagas de supervivencia, hasta se podría llegar a decir – y esto suena, lo sé, a pura acracia – que el mejor tratado de libre-comercio que hay en el mundo es aquel que no se firma…
…Porque, una vez firmado, en las cláusulas de ese tratado, trasvestidas de garantías, aparecen las restricciones que convierten al libre-comercio en comercio no libre.
Ya, ya sé… esas garantías son de calidad, de origen, de pureza, sanitarias… ¡ja!, a otro perro con ese hueso, pues hay otras formas y maneras, y otros medios… ¿Qué es una utopía?.. Eso lo admito a medias, pues antes de existir el actual libre comercio ya existió lo que hoy se califica como tal utopía… Y, aún y así, ya saben lo que siempre digo, que las realidades (positivas) de hoy, fueron las utopías de ayer, y las de hoy bien pueden ser realidades mañana… Hasta que un día, quizá podamos llegar a ser todos ácratas, claro…