LO DE PUIGDEMONT

(de El Mundo)

He ganado la porra, aunque no jugamos nada en concreto. Tan solo el haber acertado entre cuatro amiguetes de mesa-bar ocasional. La cosa del prurito y todo eso, que, a la postre, es algo así como el presumir de haber acertado a “los chinos”… ya saben: “tres con las que saques”, y poco más. La porra era el embite de Puigdemont (su apellido significa “cerro del monte”, aunque le pega mejor el de cerril montaraz), esto es: si vendría, si no vendría, se le echaría mano o se la daría de Gran Hermano… Lástima de apuesta amnistiosa y achacosa que el tahúr Perisancho desperdició con quién tiene menos palabra que él mismo.

Yo aposté porque aparecería, se luciría (solo entre sus tontasnos, claro) y se marcharía por donde había venido… ¡Bingo!.. así ha sido. Otra cosa es el cómo, la manera, la forma; pero el fondo ha sido tal cual, no me digan que no. Mis razones aludidas eran que habría una especie de tapada “entente” por bajo mano, como se hacen estas cosas en estos casos. Algo así como: vale, gilipuá, tu vienes, te montas tu numerito en algún rincón que no estorbes mucho, y luego te largas sin hacer ruido ni dar el follón, pero no se te ocurra interferir en lo del Parlament; si lo haces así no te detendremos y podrás contar tu batallita como te venga en gana, pero si intentas torcer el nombramiento de Illa, lo haremos, y de momento te metemos en el trullo…

“Et tutti il mondo contento”. Además, queda todo abierto para que cada cual y cuales; cada facción y capitoste; cada pelotari o politicastro; cada facedor o desfacedor de entuertos, opine lo que le venga en gana, o convenga escardar su lana, o lavarse en aquella o aquesta palangana… La cuestión, se quiera o no, es que Puigdetont sigue graznando en Waterloo, e Illa es el President de Catalunya, que es lo que se perseguía en definitiva; y sin peores actuaciones sobrevenidas que podían haber llevado a no buenas consecuencias.

Por supuesto, es mi personal opinión, porrón, pon, pon… Ahora, después, se puede hablar de todo, y me parece muy bien que cada uno se sacuda la ventolera a su manera. Pero también un servidor puede decir lo que piensa, ¿no?.. Y yo creo que si las fuerzas de seguridad, sean “mossos” o las que fueran, entran a saco por el pseudo-Houdini este, entre el par de miles de burros de los que se había rodeado, la batalla campal estaba asegurada, y se hablaría de masacre y brutalidad policial hasta la noche de los tiempos. Sospecho inclusive que lo estaban deseando. De haber sido así, su figura hubiera ascendido de “fugado” a “mártir de la democrasi libertaria”, puesto que lameculos e interesados tapados los hay de sobra hasta donde menos se esperan.

Así que, tras sus escasos cinco minutos, leyendo deprisa y mirando a un lado y otro, de su más de lo mismo, “ara soc, ara no soc”, (para esto tan largo viaje), forrado por sus dos mil secuaces palmeros, lo subieron a una silla de ruedas, le colocaron un sombrero pavero, para hacerlo pasar por inválido playero, y lo metieron en un coche preparado para devolverlo al sitio de donde vino… Esta es la “hazaña” que enseguida empezó a twitear nada más pasar los Pirineos. Pero lo cierto y verdad es que ha perdido otra batalla y está más cerca de perder la guerra. La credibilidad se le escapa cada vez más por un discurso vacuo y rabioso, hecho para bobos.

Y lo único que va a quedar para usar – para consumo interno - es que se ha vuelto a escapar. No hay otra cosa que largar. La culpa será de los Mossos, o del Conseller, o de Pedro Sánchez, naturalmente, o de los irresponsables que quiera señalar. O de lo que se le pueda ocurrir a cada cual, señor Pascual… Y, por supuesto, la cola de bailaora del “ridídulo”: que si se ríe de los españoles como quiere; que si esto es un esperpento nacional; que si qué vergüenza; o que si Gobierno dimisión, ya… y memecerías varias.

Y esa, y no otra, es la única (y para mí dudosa) corona que se puede colgar el doblemente fugado: la de escapista (y ayudado, que no consumado), que esa es otra. Yo le habría propuesto a los de los JJ.OO. de ayer que lo nominasen para un premio de consolación, una especie de Accésit, pues no le va a quedar más laurel que llevarse al cocido que ese: escaparse de la quema una primera vez, dejando a sus compañeros de ERC en la cárcel; y una segunda en que apenas ha soltado un eructo y ha salido dándose con los pies en el “cul” otra vez. Nada. Seguirá siendo un chucho que solo se atreve a ladrar poniendo distancia de por medio.

Eso sí, lo repito: aquí, en nuestra olla nacional de grillos, nos quedará un tiempo indefinido – que no definitivo – de llenar espacios en los medios y copar de tertulianos las cadenas para sacudirnos las pulgas que cada cual cría en su querencia… Aún queda medio verano por delante y ratos de chiringuito y cháchara al fresco en sillanea con que echarle adobo al chorizo de la matanza… No me meteré yo por en medio, pues, siempre que lo hago, salgo breado por cada lado. Así que baste con este parecer escrito, que, aún y así, se me calificará de proscrito por leer este o aquel periodiquito.

Lo único que en verdad me importa seriamente es el intento y esfuerzo que una parte extrema, extremosa y extremista de nuestros politicardos está consiguiendo de apoyo ciudadano para hacer realidad ese “1.984” de George Orwell, e implantar su soñado y anhelado Hermano Mayor, con su Ministerio de la Verdad en su gobierno y con su Policía del Pensamiento en las calles… Las tres consignas nacionales de tan autárquico régimen eran: “La Guerra es la Paz”, o la paz se defiende con una guerra que, si no existe, se inventa; “La Libertad es la Esclavitud”, donde se subvierte la idea de que pensar por sí mismo es delito contra el Estado; o “La Ignorancia es la Fuerza”, en que se pueda borrar la cultura y el conocimiento de la sociedad convirtiendo mentiras en verdades que muevan a la gente.

Si lo consiguen (aconsejo encarecidamente lean el tal libro antes de votar) no merecerán la pena estos comentarios de mi columna de hoy, pues la Historia se escribirá bajo parámetros establecidos únicos; y se modificará el pasado según el interés del presente; como desde el mismo presente quedará fijado el futuro… La opinión será unívoca porque se establecerá por normativa imperante. De ustedes depende que eso no sea así. Mientras tanto, con su permiso o sin él, seguiré opinando según mi buen o mal parecer hasta que ya no pueda ser. De momento he ganado la porrica de a cuatro, y con eso me conformo… De vez en cuando hasta puedo llevar razón.

 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com