LOS CLÁSICOS Y LA ECONOMÍA

¿Alguien se ha fijado que economía y ecología tienen la misma raíz?.. “Eco”. Y, sin embargo, parecen perseguir significados distintos y distantes. Como muchas palabras, viene del griego, oikosnomía, y une dos conceptos: oikos, cuidado, y nomos, casa… Osea, economía, el cuidado de la casa, como ecología sería el cuidado de lo principal, o del principio, esto es, el logos. Pero lo cierto y verdad es que hemos pervertido la semántica de la economía (ya nos lo advirtió Aristóteles) por lo que, en realidad, debería llamarse “crematística”, o algo muy parecido… El caso es que la economía no le hemos dado el significado tan noble como el que tiene en origen.

Existe una historia, atribuida a Tales de Mileto, que resulta como muy gráfica y descriptiva, independiente del grado de realidad que históricamente tenga… A este conocido sabio se le ridiculizaba insistentemente por su sencillo estilo de vida, y se le solía restregar por las narices que “si la filosofía dices que es tan importante, ¿cómo es que no has sido capaz de sacar riqueza de ella?”… Entonces, Tales decidió darles una lección práctica sobre la marcha.

Aprovechando sus conocimientos astronómicos (hoy sería pura lógica) pudo predecir una abundante cosecha de aceite, calculada por el clima y por los olivos existentes en la zona… Así que, en pleno invierno, alquiló a la baja, por inactivas, todas las muelas y prensas existentes en su alrededor… Cuando por fin se cosechó toda la oliva, sirviéndose del monopolio que había creado para la ocasión, explotó el precio del servicio al máximo, sacando un cuantioso beneficio que lo enriqueció en muy poco tiempo. Eso sí, se encareció el precio del aceite a niveles poco comunes, dando lugar a protestas entre los ciudadanos, consumidores de un artículo básico y, para ellos, de primera necesidad…

Cuando Tales de Mileto los reunió, haciéndoles llamar, les dijo: “He aquí la manera de hacer la fortuna que me reprochabais no practicar. No existe otra forma que perjudicando a la comunidad”…En una sola y única palabra: especulación. Lo que pasa es que entonces no existía como tal, sino como la “crematística” aristotélica. Pero la práctica es idéntica a lo que se hace hoy a nivel global, esto es, especular para que unos pocos se enriquezcan a costa de unos muchos. El método, no solo no se ha eliminado por inmoral, si no que se ha perfeccionado y ampliado por lo general…

Hoy, las CTN (Corporaciones Trans-Nacionales) están copando monopolísticamente campos de la alimentación y la energía, incluso los recursos naturales (el agua ya está cotizando en Bolsa) para explotar la necesisad vital de la humanidad en beneficio propio. Ni más ni menos que lo que Tales hizo con las almazaras. La diferencia es que el filósofo condenó esa práctica por no ser ética, y nosotros la permitimos – y la sufrimos – como una práctica normal… Y sí, es normal, pero no es moral. Todo lo especulativo debería ser ilegal…

De hecho, Tales de Mileto no inventó nuevos usos del aceite de oliva, no construyó nuevos artilugios, no plantó ni un solo olivo, no mejoró, ni innovó, ni creó nada de valor… tan solo se limitó a enriquecerse a costa de lo que habían hecho otros, y de la necesidad de sus conciudadanos. Si lo pensamos, inventó un par de cosas, si acaso: la Bolsa y la inflación. Pero demostró que lo de que “el dinero llama al dinero” no solo es un refrán tristemente real, sino que también es una práctica tan usual como desleal…

Así que, como ya dejó dicho Aristóteles, no confundamos la economía con la crematística… No es justo para la primera.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php