MAL PINTA EL CUADRO
- Por miguel-galindo
- El 06/08/2020
El Reino Unido ha endurecido su veto turístico hacia España, por la cuestión del recrudecimiento del coronavirus, en pleno verano y en el esperado por deseado rebrote del turismo que calmase nuestras heridas. No solo a los que les llegan a las islas les hace pasar la cuarentena (lo veo bien, nosotros deberíamos hacer igual) sino que también estudia, si no lo ha hecho ya, cerrarse a los vuelos procedentes de España. Necesitados y pedigüeños como estamos, Sánchez critica la decisión británica por “exagerada y desajustada”, pero dice que seguirá negociando, o sea, rogando… Sin embargo, eso no impide que nuestra Sanidad esté barajando – cuando esto escribo – restringir vuelos con los países más infectados, a fin de intentar evitar más casos importados…
Esto es, exactamente igual que hacen los english. Lo que pasa es que no es lo mismo darlas que tomarlas, claro, y los riesgos, aunque son los mismos, se matizan según los intereses. El caso es que la cosa está chunga. Y pinta mal, muy mal. La temporada turística está resultando un auténtico fiasco, y el tener nuestra balanza vencida, clara y casi que únicamente, al sector de hostelería, sin otros asideros a los que agarrarse, por ineptitud, comodidad o abandono, el descalabro va a ser de órdago… En cuanto al Reino Unido, que por cierto ya no es de la UE, tiene una población cuasi-estable en España, que, si no puede volver a su país, encantados de la vida de seguir aquí, y eso nos beneficia claramente más que nos perjudica.
Pero está muy claro que el resto de países europeos, en mayor o menor grado, están aconsejando a su gente que a ver a dónde salen este verano, y que nuestro país, por preferido que sea, y por olelailos que seamos ,y las paellas que hagamos, y los profesionales que nos creamos, también somos el cuarto país de Europa en rebrotes, y eso hay que tenerlo en cuenta. Además, existe una sangrante contradicción: si queremos cortar esta segunda oleada de contagios, hemos de empezar a cerrarnos, y eso no atrae a turismo alguno, pero si nos abrimos y acogemos, extendemos los casos como la polinización, y eso tampoco atrae a los turistas… Así que, como dice el escatológico refrán: si mueres, cagas, y si cagas, mueres…
…Además, por otro lado, nosotros solicos, sin necesidad de ayuda foránea, y sin que venga ningún güiri a echarnos una mano, nos estamos infectando como malditos imbéciles, utilizando bares, restaurantes y discotecas como abrevaderos de contagios. Ahí nos revolcamos todos en indiscriminada manada para jodernos entre nosotros y joder a los demás de la manera más descerebrada. Ni a nosotros nos importa juntarnos a celebrar medio centenar, ni al empresario hostelero se lo ocurre ponerse a controlar… Ancha es Castilla y los palos a la costilla que yo me meo en mi orilla…
En nuestra región misma, y cuando esto escribo, peligraban Lorca y Mazarrón, tras lo de Totana, así como varios barrios de Murcia, poniendo el cerco a la propia capital. Si nosotros no hacemos nuestros deberes, no me explico cómo tenemos el ignorante cinismo de culpar a los países que advierten a sus ciudadanos del riesgo que corren, y/o, encima, quejarnos a nuestras administraciónes por nuestra situación… Una situación que estamos alentando, justificando y provocando nosotros mismos. No… no lo entiendo.
…Pero, al menos, no hay mal que por bien no venga, pues con este suicida proceder, si otra cosa no, aparte de arruinar la salud y la economía del país, lo que sí podemos lograr a poco que persistamos en nuestro aborregamiento, es la famosa Inmunidad de Rebaño, de la que tanto se hacen eco nuestras autoridades sanitarias… Que nunca, por cierto, mejor puesto y más merecido el nombrecico genérico: rebaño, de rebañar y rebañarse, y volverse a bañar. En cuanto logremos la cota del 60%, el Cóvid-19 languidecerá y emigrará, o desaparecerá.
La cuestión está en el precio que habremos de pagar en muertes y asistencias. Si las segundas logramos que no colapsen el sistema, las primeras se van a lamentar menos. Sus deudos y poco más, Tomás… Que aquí, como en todas partes, hay muertos que cuestan un ojo de la cara a la administración, y otros que le salen regalados, e incluso rentables. Y éstos son los que le traen cuenta. Se van solos y dejan una pensión vacía… Los de mi edad somos los que estamos en el punto de mira de la carabina del tío Ambrosio…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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