MEMOPENSIONISTAS

Lo siento mucho, pero soy pensionista. De los medios/bajos, además… Y por lo tanto tengo todo el derecho del mundo a sacar mis cuentas, y quejarme si así quiero. Quejarme amargamente de un gobierno estafador, embustero y trilero que presume cada año de mantener el nivel de las pensiones, cuando es una rotunda mentira, una absoluta falsedad…

            En este maldito año que ha pasado  (para mí, ha sido nefasto en muchos sentidos), por ejemplo, el alza del coste de la vida ha sido de 1,5%. Si a los desgraciados de los jubilados se nos subió el miserable mínimo legal del 0,25%, resulta meridianamente claro y matemático que perdemos capacidad adquisitiva en un 1,25%... vamos, si aún conservo la facultad de sumar y restar. Y así, año tras año, unos más, otros menos, vamos empobreciéndonos lentamente hasta que la palmamos. Bien, pues el gobierno del PP llama a eso justicia social. Sin embargo, es todo lo contrario, máxime cuando, durante cuarenta años (otros más) he estado cotizando por el máximo permisible por ley a los masacrados autónomos de siempre. Un vulgar expolio.  Una estafa. Un atraco.

            …Un atraco, aún más sangrante, cuando se sabe que el Irpf, que encima nos desquitan, es un impuesto doblemente cargado (robado) por ser rentas de trabajo por las que ya se cotizó en su día… si bien es de menester reconocer que este chanchullo también es achacable a la ceguera, comodidad y/o cobardía del propio colectivo. Pero lo cierto y fijo es que los ocho millones y medio de pensionistas de este país, según sus ingresos, perdieron el año recién pasado una capacidad adquisitiva de entre 10 y 35 euros mensuales, y se volverán a perder, como mínimo, el año recién estrenado. Vayan calculando los del Inserso lo que les van metiendo mano a cuenta de los viajes que les dan y los “viajes” que les pegan…

            Sin embargo, lo alarmante del panorama no es ya que un partido, que ha sido además incomprensiblemente votado por los jubilados, esté decidido a diezmar los bolsillos de sus mayores, a los que – falsamente – afirma proteger. No, ya no es eso. Lo peor de todo es que ninguno de los otros partidos, que en algún momento de sus campañas electorales hicieron bandera de oposición con la dignidad de las pensiones, ahora van y relativizan, y se les ve mínimamente interesados en ello.

            Recién aprobado el inícuo 0,25%, algunos se molestaron en componer una histriónica mueca, una débil postura para la galería. Nada… poca cosa, un gesto apenas, porque al final permitieron el atraco, y que el partido que gobierna en minoría y por consenso consumara la agresión. Y es que hay muy poca voluntad por arreglar algo que cada día que pasa tiene más difícil arreglo. Su actitud, al menos de momento, es de pose, de intención, relativa intención, pero no de dedicación. Están más preocupados por sus propios puestos y sueldos que por las pensiones de los que, en definitiva, han propiciado su estatus. No nos dejemos engañar.

            Y, sin embargo, son ellos, y solo ellos, los que pueden sacar a flote lo que otros hundieron. No tenemos a nadie más… salvo a nosotros mismos, puesto que no disponemos de otra arma que nuestro voto. Y, llegados a este punto, habremos de reconocer que los únicos también, los auténticos responsables y culpables somos nosotros mismos, pues somos tan rematadamente idiotas que desperdiciamos la única y poderosa fuerza que tenemos a mano…

            Si un colectivo unido de cerca de nueve millones de personas (más, mucho más que cualquier partido político) tuviera la posibilidad – y realmente la tiene – de negociar con ellos, ¿qué creen que pasaría?.. Cualquier tonto lo sabe, sí, pero solo los tontos no lo hacen… Y si no sabemos lo que hacemos, sí que sabemos lo que no hacemos, ¿verdad..?.