MENTIRAS LAS JUSTAS, PORFA...
- Por miguel-galindo
- El 18/08/2020
Desde hace tiempo, mucho tiempo, que vengo denunciando en mis artículos sobre las condiciones laborales de explotación y hacinamiento en que viven (malviven) los emigrantes que trabajan en la agricultura. Lo que pasa es que, al ser generalmente criminalizados por rechazados, y al servir a intereses igual de generalizados: vienen a hacer trabajos que nosotros no queremos, en condiciones esclavistas, pero gracias a lo que llenamos nuestra cesta de la compra cada día, y nuestras exportaciones cada temporada, nadie quiere, ni le conviene, reconocerlo, bien por palpable interés, bien por falsa o falta de conciencia…
La muerte del inmigrante en Lorca por un golpe de calor – al ser un “sinpapeles” se le abandonó a la puerta de un hospital, víctima de una insolación aguda – parece que ha sacudido el sopor de los medios, y ha salido en los de media España. Ha tenido que morir una persona (no es la primera, ni tampoco será la última) para que todo el mundo se haga de nuevas de lo que ese mismo todo el mundo ya sabía de sobra, y el fariseísmo rampante se haya rasgado sus siempre inmaculadas vestiduras. Como debe ser para quedar bien quedado.
Ahora resulta que el Ministerio de Trabajo dice que “va a investigar las condiciones de los jornaleros”… ¡Já!. Que la titular – de Podemos, además – del Gobierno central, se ponga ahora a afirmar que “la situación de estos empleados en el campo es deplorable” es de un cinismo de libro. Ahora viene a enterarse de algo que, de Aznar acá, ha sido norma establecida y admitida por todos los gobiernos, incluidos los de izquierdas, por cierto… También la Fiscalía pone en el punto de mira al sistema de contratación basadas en las ETT que facilita estos claros casos de esclavismo actuando tras la pantalla de difusos “encargados” para contratar y explotar a ilegales… Hasta la mismísima Guardia Civil solicita refuerzos para vigilar estos abusos, y su propio Sindicato denuncia y critica las condiciones en que viven y las abusivas jornadas de 10 a 12 horas por míseros jornales de 20 a 30 euros… Y así todo. Hasta la propia Comunidad Autónoma ha dado su “pésame” culpable por lo que ha pasado. Hay que tener cara dura… Solo VOX mantiene su bocaza cerrada a los hechos, como es natural. Le conviene.
O sea, ahora todo el mundo comenta y habla de puro esclavismo en el siglo XXI. Y todos dicen que lo van a arreglar. Y que se va a investigar hasta sus últimas consecuencias, y que… pero yo tengo que verlo para creerlo, y aún y así, tampoco me lo creería. El sistema está montado sobre tales bases esclavistas. Es la cadena de la explotación: los agricultores necesitan mano de obra buena-bonita-barata-paisa, porque es su perfecta excusa ante los precios estranguladores impuestos por las grandes distribuidoras que ya monopolizan el mercado de la alimentación con la misma dejadez gubernamental que lo otro, así que (chantaje emocional perfecto), si el consumidor no quiere pagar precios caros…
Y así todo queda bendecido y justificado. El gobierno que quiera acabar con esta vergüenza de trata de esclavos, deberá reglar y arreglar todo el sistema de forma integral, desde la producción hasta la distribución de cuanto se produce en nuestros campos. Y, discúlpenme, pero yo no los veo con agallas suficientes, ni la mínima voluntad tampoco, como para sanear y airear todo ese cúmulo de intereses bastardos. Por eso digo que no me lo creo. Cada vez que haya una muerte desgraciada que no la puedan tapar, se montará el mismo escenario de condolencias, el mismo escaparate de falsas voluntades…
…Y seguirán llegando pateras y cayucos con negros y marrones que luego recogerán nuestros cañamones en las más inhumanas condiciones de trabajo, paga y barracones… Nosotros lanzaremos nuestras pelayas proclamas de “nos van a invadir”, y “Santiago (Abascal) y cierra España”, con todos los gloriosos y patrióticos etcéteras añadidos que queramos, y luego miraremos para otro lado cuando nos alcance la vergüenza de noticias de muertes indignas por insolación y agotamiento en nuestros bancales por tres euros la hora, una explotación de la que todos – en menor o mayor grado - participamos. Al menos en conciencia, si es que aún queda alguna…
Es lo que toca (pensaremos pero no diremos, porque doble moral tenemos) y seguiremos viviendo esta mantenida realidad. Que mire usted, mientras rula, no chamba… y eso es lo que realmente importa… Y a este tío cancanero (por mí digo, claro) que de vez en cuando nos toca los renuevos, que la vayan dando mucho por donde hacen bolas las cabras.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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