MUNDO OCULTO

 

No crean que el fenómeno idiótico-mediático de lo del Ecce Homo del Borja patrio es de patrimonio exclusivamente nacional y/o propio. No… la estupidez humana no tiene fronteras, aunque tenga sus nidos donde prefiere poner sus huevos con mayor preferencia que en otros… Eso puede ser. Pero el cretinismo es una facultad del ser humano. Y parece que aparece donde aparece. Y… como el espíritu evangélico, sopla allí donde le viene en gana…

                …Y resulta que, en Ontario nada menos, en la iglesia de Sudbury, hay una imagen de una Virgen con un Niño Jesús en sus maternales brazos, que, por alguna causa, perdió la cabeza del bendito pequeño, y por alguna otra causa aún más inexplicable, se puso la restauración de la misma en manos de un enfermo de la vista, o de la mente, no sé, quizá de un psicópata profundo, no sé… pero ahí está. Busquen, busquen ustedes en Google, Niño Jesús de Ontario, Escultura, y vean, vean lo que sale. Horripilante.

                Incluso podría pensarse, sin que esto suponga falta de respeto ni menoscabo para la fé ni para la iconografía religiosa, que el personaje que de niño luce tal rostro en Ontario, es el mismo que de adulto luce la cara que luce en Borja… De chico y de mayor. Lo cierto y verdad es que estas sincronicidades asustan un poco.

                Las cosas que suceden en este loco mundo de locos parecen estar extrañamente enlazadas en el tiempo y en la distancia. El Niño Jesús de Ontario y el Ecce Homo de Borja así parecen indicarlo… ¿Qué misteriosos hilos hacen que un mismo disparate se produzca en diferentes lugares del mundo, en distintas fechas, pero sobre una misma figura sacra,  tanto en la niñez como en la madurez?.. Acojonante. Y soy consciente que le estoy regalando a Iker Jiménez materia para un programa entero de los suyos… espero se acuerde de este inope cronista y me lo agradezca con su óbolo… Lo deje en el platillo, y que el de Borja y Ontario se lo paguen.

                Pero fíjense que esos paralelismos no se dan solo en esos hechos extraños y extravagantes. Se da en todo, pero no sabemos verlo. Se da en la aparición de los populismos en la política actual, en las escalas de valores con que nos dotamos hoy, en los cambios, en las formas y en los fondos, en las modas y en los modos, en los sistemas educativos y culturales, viniendo a significar lo mismo lo que en realidad son contrarios y opuestos…

                Son como signos, como señales de unos tiempos decadentes, como indicios de unas épocas simultáneamente alejadas al tiempo que extrañamente enlazadas, ¿se da usted cuen..?