MUY SRA. MÍA...

La nueva presidenta electa de la UE, doña Úrsula (vayamos acostumbrándonos al nombre, pues con los apellidos: Von Der Leyer, se nos convierte en el ama de llaves del clásico Rebeca), ha declarado en su toma de llaves… digo de posesión, que “el mundo pide más Europa. Hemos de estar unidos y fuertes”… Pues sí, es verdad. Pero yo diría que es Europa la que pide más Europa, querida froilaïn, que por eso mismo, y no por otra cosa, se nos están metiendo los populismos por la gatera. Si los países hubiesen sentido, notado y tenido más Europa, los bárbaros no nos habrían invadido.

            Ahí mismo tiene usted a Trump, en campaña, arremetiendo contra los congresistas demócratas que se le han opuesto a sus medidas nazis antinmigración, y agitando a la gente y a un público entregado contra ellos y a favor del linchamiento. Dá miedo la foto en prensa (E.P.19/07) de un Dónald hitlerizado ante un gentío de caras acretinadas, embrutecidas y enfervorizadas, gritando barbaridades, en un claro desafío a la conciencia humana. A pié de foto: “Trump prende la llama del racismo en EE.UU.”

            En cuanto a ese problema, que, como las chinches ajenas, ya se están metiendo por las costuras de Europa, la tita Úrsula opina que “los países que afronten la inmigración en primera línea - léanse los del Mediterráneo sur – merecen nuestra solidaridad”… Posmire, tía Germana, hermana, benditas y bonitas palabritas. Pero si a la solidaridad le añade usted una ayudica económica real y concreta, la cosa y la frase hubiera quedado como más redonda. Mucho mejor así, ¿no cree usted..?.

            Más que nada, lo digo porque aquí, en España, no hacemos otra cosa que largarle millones y millones de euros (treinta en el último chantaje) a Marruecos, para que nos hagan el trabajo sucio de casquería, y tampoco es plan de estar así toa la vía. A Grecia le ha encasquetado Europa unos campamentos en sus fronteras de auténtica vergüenza e inhumanidad, y el burro que gobierna Italia se ha rebotado y dice que prefiere que se ahoguen en el mar, e incluso castiga al que se atreve a ayudarlos…

            Y todo ese inícuo panorama no se arregla solo con solidaridad y buenas palabras si no van acompañadas de mejores intenciones. Hay que poner encima acciones concretas y hechos serios y formales. Eso es una parte importante de la “más Europa” esa a la que usted aludía en su discurso de sientaposaderas.

            Es como lo que no dijo: que el sueño del liberalismo actual es cronificar la pobreza, institucionalizar (en el caso de aquí, se le añade la desigualdad) la miseria. Es posible que no nos muramos de pobres – aunque también – pero sí que nos muramos siendo pobres. Es éste un matiz importante. Y puede que quieran que sea lo normal. Nuestros jóvenes ganan tres o cuatro veces menos que hace una década, y si quieren vivir con una mediana dignidad profesional han de buscarse el alpiste fuera del país… Es como si en medicina se dijera, ¡aleluya!.. hemos logrado que el cáncer no sea letal… pero será perpetuo… ¿me comprende usted, buena  mujer?..

            La cronicidad conduce a la normalización. De vez en cuando, se finge un escándalo institucionalizado/controlado, desde medianos/altos peldaños, por el precio de la luz, o del agua, o de los impuestos, o los bajos salarios y mediocres pensiones, o el precio del pan… Un orquestado quejío y/o un medido rasgado de vestiduras por parte de las plañideras en nómina. Luego se aplica el bálsamo de “se creará una comisión de estudio y se tomarán medidas correctoras”, y suma y sigue en la espiral. Aire para unos pocos y asfixia para unos muchos… Y así, hasta que el cuerpo aguante o la soga cruja… Ya me entiende usted, señora mía.

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