NDEPENDONES
- Por miguel-galindo
- El 04/11/2020
Una joven activista del independentismo catalán, Tamara Carrasco, perteneciente a ese grupo de “juventudes nazis” de los autodenominados CDR, que ha estado confinada en su localidad, Viladecans, por orden judicial, acusada de “terrorismo”, ha sido absuelta por una juez de Barcelona… Como es de suponer, la interfecta se monta (y/o le montan) su numerito de heroína del pueblo, puño en alto, pose reactiva y discurso perceptivo: ya se sabe, lo de las hordas fascistas que persiguen el ejercicio de la libertad – libertad para destruir y coaccionar, claro – y del derecho, etc., etc., etc…
Naturalmente, a poco que uno o una ejerza ese derecho para pensar (no al de ser pensado por otros) se dá cuenta enseguida de muchas cosas que no encajan en el discurso exaltado de estos jóvenes y manipulados fundamentalistas. Lo primero es que acusan a la Justicia de sistema represor. Si eso fuese así, ningún juez oo jueza le hubiera absuelto como “terrorista”, toda vez que la acusación está totalmente exagerada. Rajoy y sus cruzados se extralimitaron con una ley que quería etiquetar de terrorismo lo que solo es gamberrismo puro y dirigismo descerebrado. Si esto no fuera una democracia, tampoco la hubieran condenado a un año de estar en casa mimada y admirada por los suyos, si no un año de mazmorra, galeras, o trabajos forzados, en todo caso…
Si el Estado fuera fascista, como resbalan sus idiotas manifestaciones, ni estaría en la calle, ni siquiera le hubiera sido permitido manifestarse así. En plan Agustina de Aragón de guiñol. Ese derecho inalienable de libertad de expresión – aunque se expresen en base a embustes, falsedades y manipulaciones – simplemente no podría ejercerlo. Tampoco t endría el “arrojo”” o la “valentía” de hacerlo. Lo hace, y miente, porque se sabe segura de sus derechos en un Estado que, al contrario de lo que dice, los respeta… En una dictadura, tipo Franco, Pinochet, etc, hubiera aprendido a diferenciar un sistema de derecho de otro, pero, claro, tiene la suerte de estar en España, a pesar de todo y de sus impostadas estupideces… Más vale que rece a la de Montserrat que no suba Vox al gobierno, que se vá a enterar de lo que vale un peine…
No crean mis lectores que el escribir todos estos razonamientos, por lógicos y de sentido común que sean, es porque aspiro a eso mismo, a que piensen con la cabeza y el cerebro. Eso no es posible. Están mentalmente incapacitados por capados. Es aún peor: no quieren saber la verdad, les espanta como el ajo al vampiro. Se están (los están) convirtiendo en ciegos sectarios… Y actúan como tal, largando imbecilidades como si fuesen sagradas normas de impuestos dogmas. La ignorancia solo la cura el tiempo y la cultura. No existe un antídoto del momento, ningún elixir que no resida en el largo plazo de la genuina y auténtica educación.
Lo que intento con éste de hoy, es llegar al resto de conciudadanos para que advirtamos todos de un par de cosas, al menos, al ejemplo de esta autoconvencida fanática: La primera, que con medidas salidas de tono (estos PCR puede ser Pobres Criaturas Retorcidas, pero no terroristas), lo que se consigue encasquetándoles etiquetas a todas luces injustas, es el efecto contrario, o sea, se consideran víctimas de injusticia y mártires de una causa justa, y se afirman en sus falsas visiones. Y luego, que el mal que entre todos hemos logrado – un enquistamiento ciego y suicida – encarnado en esos CDR, se está convirtiendo en un cáncer que se extiende como el mal corrosivo que es. Ya solo la paciencia, el tiempo y el correcto tratamiento, podrá resolverlo y disolverlo.
Y no estoy hablando ni de concesiones, ni de “mano blanda”, ni de compraventas ni tomaydacas. En absoluto. Hablo de mano dura en guante de seda. De la flexibilidad del junco, que sabe doblarse pero no partirse. De no perder nunca, jamás, la razón, demostrando siempre el respeto inequívoco por sus derechos… y por los nuestros, por supuesto. Una democracia jamás debe ser demostrada ni interpretada. Una democracia, lo es, o no lo es. Y punto. Lo demás son fantasías febriles de gente ponzoñosa o empozoñada. Lo que hay que hacer es tratar de curarlas, convenciéndoles de su ilusorio empecinamiento.
Esta zagala se fotografió ante los palmeros de su tablao, puño en alto, gesto en ristre y firme el ademán. Un cuadro exacto y cabal de los que les montan a los gudaris vascos… Pero ni sabe lo que su propia pose significa. No tiene ni zorra idea. Esa es la puñetera verdad. Cuando Franco, no lo hubiera hecho, estoy seguro de ello…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo