NEPOTISMO ILUSTRADO

Resulta que un destacado concejal del principal municipio murciano del PP, en una reunión con pedáneos y vocales populares para empezar a definir la estrategia que han de poner en marcha de cara a las elecciones que ya vienen apretando los culos (observen la frenética actividad de vendedor de gangas de nuestra zagal-president), parece haber sido delatado por su incontinencia moral, verbal y formal: “que no olvide la gente de las concesionarias quién les consiguió el trabajo”. Y, por si la cosa no ha quedado lo suficientemente clara, remacha que “muchos están donde están gracias al PP”. Y otras cosas más por el estilo. Y resulta que ha sido grabado…

            Eso suena a nepotismo que espanta. Es una especie de mercado de servicios prestados que apesta a cloaca pura y dura. Como una cadena de favores de ida y vuelta. En pocas palabras, es un 3% catalanufo, o güerteliano, traducido, no en euros, pero sí en votos. Yo te doy la concesión, o el trabajo, o lo que sea, pero tú me lo pagas en las elecciones. No se te olvide quién te dio el cacho pan, acho…

            Y un político no está para favorecer a los que luego les devuelven el favor, si no para favorecer al común de los ciudadanos. Ese es su trabajo. Ese es su servicio a la comunidad. Pero no el actuar de compraventero para eternizar sus reales en la poltrona. Ese no es su fin. O no debería serlo, al menos. Las empresas con las que trabaja son una de las herramientas para mejor servir a la ciudadanía, pero no el instrumento del que valerse para favorecer a su partido y/o a sí mismo. Y menos presionando, forzando y chantajeando cada cuatro años recordándoles que deben pasar por caja (urnas) a hacer campaña y devolver el favor en clave política.

            Yo entiendo que humanos somos y en la mierda… perdón, el camino, nos veremos. Dicho más finamente, que errar es de humanos. Y herrar, también. Y comprendo que esas cosas lleguen a pensarse: coñe, yo a éstos les ayudé a empinar la olla… deberían agradecérmelo, joer… Pero que lleguen a decírselo con toda la cara… en fin. Que ellos deberían recoger el agradecimiento en urna de la ciudadanía, no meter en campaña a las empresas favorecidas por favorecedoras, ya me entienden… Que aquí, mucho hablar de lo “políticamente correcto”, pero a la hora de la verdad, nuestro inconsciente, o nuestra ambición, nos deja con las vergüenzas al aire de mala manera.

            Pero esta imprudencia de un político murciano de un ayuntamiento capital de aqueste reyno, no es un caso aislado, ni mucho menos. Es un retrato de Dorian Gray de la gran mayoría de los políticos que se sirven a sí mismos sirviéndose de sus partidos en toda España. Es un selfie espontáneo que le ha salido del alma, pero es cómo actúan en un porcentaje altísimo una vez que llegan al poder y lo ostentan. Que se apela, se exige, el retorno de lo que se considera un favor y no un servicio… Acuérdate de mí cuando estés en el paraíso en que te puse, chaval…

            Ese mercantilismo favorece el clientelismo, y el clientelismo entroniza el voto cautivo. Y el voto cautivo es el alimento de la partitocracia y el veneno de la democracia. Y moralmente, y éticamente, es igual de condenable que cuando hay tresporcientos de por medio. No por los euros que untan las conciencias y engrasan los bolsillos, sino por la cada vez más escasa honradez de sus vuecencias y sus pardillos…