NI MUCHO MENOS ES ASÍ...

He leído recientemente, ratificado oficialmente por la propia Comunidad Autónoma, que, desde la crisis acá, la región ha perdido más de 9.000 empresas. Empresas que ya no se han recuperado, a pesar de – eso dicen – habernos recuperado de la crisis. Parece ser que, de los 46 municipios, tan solo 7 han sabido capear el temporal y mantener el tipo. De hecho, han sido de los más pequeños.

            Eso no quiere decir que esas nueve mil empresas hayan cerrado sus puertas por el solo efecto de la crisis. Ni mucho menos es así. Muchas de ellas cerraron, es cierto, pero para abrir en otros lugares. Simplemente, se fueron a nidos más cálidos y confortables. Y ya no han vuelto. Ni tampoco volverán. Solo se han largado porque aquí no podían mantenerse. Eso es todo. Una cosa es la propaganda que los gobiernos autonómicos se hacen a sí mismos a través de sus consejerías, y los municipales con sus concejalías, y otra muy distinta son los hechos concretos puestos sobre la mesa. El resultado son los datos desnudos, y los datos son nueve mil empresas volatilizadas, desaparecidas…

            Ya dije en uno anterior a éste que el CES había puesto el dedo sobre la llaga: la región se ha desindustrializado. Y un servidor vestía el pastel poniendo los porqueses y los motiveses. Vale. Esto de la pérdida de empresas (ya no hablamos de la desaparición industrial, pues aquí entra todo) es un punto negativo que se añade al otro. Y cuando un pájaro no hace nido en un árbol no hay que culpar al pájaro, si no habrá que fijarse en el árbol, y preguntarse porqué el pájaro no quiere anidar en él..

            Igual estoy equivocado, puede ser. Últimamente los nuevos políticos se empeñan en demostrarme, con su marcado posicionamiento “anti”, que mi experiencia de tantas décadas (quizá demasiadas haciendo el tonto) en este campo, no sirven para nada. En absoluto. Pero puede que lleven razón, ellos que tanto saben y que han llegado hasta ahí… Y puede que así sea. Pero sigo pensando – permítanme al menos pensar y decir lo que pienso – que un ayuntamiento, por ejemplo, es como una empresa: ha de venderse a sí mismo como el mejor producto dónde invertir, en bien de sus ciudadanos. Y tener, o negociar para obtener, los mejores servicios que ofrecer…

            Y lo mismo que una empresa manda a sus agentes comerciales armados de una cartera con atractivas ofertas a buscar clientes que compren su producto, los ayuntamientos han de mandar a la calle a sus ediles de la cosa, a vender su municipio y atraer empresas (clientes) que dan riqueza, empleo e impuestos, y encima atraen otras posibilidades de negocio. Así lo veo yo. Hoy, una empresa no puede quedarse estática, esperando que la clientela venga a ella. Así, languidece y muere. Pues igual existen administraciones – locales y/o autonómicas – que no hacen nada, solo que esperan a verlas caer, a que alguien venga a pedirles el favor de que lo dejen instalarse en su municipio. Craso error. Son las empresas, negocios, servicios… los que le hacen el favor a los ayuntamientos y regiones, nunca al revés…

            …Jamás al contrario. En una palabra: hay que ponerse las pilas. Hubo por aquí un viejo alcalde que lo entendió así (el otro día compartí café y charla con él), Pedro Jiménez, y cosechó muy buenos frutos para su pueblo en su política de la época. Y lo puso en el mapa de las empresas e iniciativas. Me consta y lo puedo demostrar, ya que tuve el privilegio de ser partícipe en logros únicos e incluso impensables en aquel tiempo… algunos de ellos pioneros nacionales (no se encogía a la hora de firmar un Convenio que impulsara al pueblo como adelantado regional). Ese es el camino. En realidad, el único camino.

            Nueve mil empresas perdidas es una sangría mortal para una región, mucho más cuando, como la nuestra, es pequeña. Resulta vital que consejeros y concejales se galvanicen en una política imaginativa de captación de recursos. Pero nadie nos va a comprar, si no tenemos nada que vender. Eso sí que lo puedo asegurar.

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