NO DEBE SER ASÍ

 

Capacidad, experiencia e independencia. Esto es lo que debería ser prioritario para elegir a los representantes en las organizaciones e instituciones públicas. Pero cuando uno ve las peleas, discusiones y zancadillas de los partidos por nombrarlos, es la muestra más palpable de que no es así.

Aún suponiéndoles las dos primeras virtudes (y es mucho suponer), la tercera no se cumple ni de lejos. Mientras los ciudadanos veamos esas formas, sabremos que todo es una cuota de poder. Una filfa. Un engaño…

No son los más aptos los que se sientan ahí, si no los más impuestos. No son los más idóneos, si no los más aupados. Un verdadero fiasco.