NOesNO

  

No estamos acostumbrados. Hemos votado contra las mayorías absolutas, contra la manera unilateral de gobernar, contra la fórmula de alternancia absolutista, contra el sistema del tú o yo… Hemos votado a favor del consenso, a favor del diálogo, a favor del entendimiento, a favor del acuerdo pactado… Y, sin embargo, no sabemos interpretar ni entender aquello mismo que expresamente hemos votado.

            Estamos siendo interesadamente manipulados, tanto por las fuerzas ajenas a los pactos de gobierno, y lo que es peor, mucho peor, también por el sector crítico – y ciego – de uno de los propios partidos que participan de los tales acuerdos de gobierno, como es el propio PSOE, víctima de sí mismo, con el regocijo de un PP que no ve el día de volver al antiguo sistema.

            Y esas interpretaciones maniqueas, nos dicen que ese Psoe se ha convertido en la voz de su amo, en la voz del PP. Que están siendo usados como correa de transmisión del partido en el gobierno. Que son los apoyos incondicionales de sus proyectos en el congreso. Que son los lacayos de la derecha… Y, sin embargo, nada más falso. Nada más incierto ni rastreramente embustero. Es una apreciación simplista que se intenta arraigar en mentes simples. Solo eso.

            La simpleza consiste en creer que hacer oposición es utilizar el noesnoísmo por sistema. Es lo que hemos practicado en cuarenta años de democracia. Un partido que gobierna con mayoría absoluta, y el que ejerce la oposición, que se opone a todo, porque sabe que es una postura que no sirve de nada ni vale más que para posturearse. Sea el que sea y le toque al que le toque. Y punto pelota.

            Pero cuando se gobierna en minoría, el papel de la oposición es hacer valer su fuerza, obligando a ese partido minoritario que gobierna, a acordar, a pactar, a consultar, a acordar… cuantos proyectos y medidas se lleven a debate en las cámaras. El otro modelo es absurdo e irresponsable en este caso. Y es este caso, precisamente, el que hemos votado la mayoría de los españoles, y el que hace sopotecientos años rige en la mayoría de los países democráticos de Europa, aunque nos venga grande entenderlo y reconocerlo…

            Esa es la cosa, y así son las cosas. La oposición responsable ha de condicionar las decisiones del gobierno en minoría, pero no destruirlas. Ha de participar en tales decisiones, pero en el cargo y en la paga no va el noesno porque sí, si no para que el que gobierne no lo haga desde el absolutismo, si no que se vea obligado al diálogo, al pacto, al acuerdo, al consenso, al hacer las cosas contando con otros…

            Los que predican lo contrario, en realidad es que defiende su propio absolutismo para cuando les llegue la hora de ostentar el poder. Como no quieren compartirlo, se limitan a negarlo. Tan sencillo como eso. El Noesno, ya saben…