NOS CORRE PRISA

No sé si alguien habrá leído el último informe de la ONU sobre los Efectos del Cambio Climático, aparecido días antes de cuando esto escribo, su incidencia sobre el planeta y nuestro entorno, y la responsabilidad que el ser humano como especie tiene (tenemos) en ello. En estas pocas fechas ya he visto que algunos analistas han cambiado el adjetivo de “catastrófico” que daban en los informes anteriores, por el de “apocalíptico”… Así, sin medias tintas. A mí, personalmente, no me gusta que apocalipsis ninguno apellide a ningún tiempo por venir, pero, leído el informe, y sabiendo que el punto de no retorno todos los especialistas lo sitúan de aquí a seis años, y viendo también el comportamiento del personal, me parece a mí que, si un apocalipsis a lo mejor no, un apicolapsis a lo mejor sí…

Escribo ésta en la primera (para mí segunda) ola de calor del año, en que los termómetros se aprestan a rascar los 45º, y, mientras los meteorólogos alertan de la escalada de estos fenómenos si nadie lo remedia – y nadie lo va a remediar, pues en solo una década se han duplicado – el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) suelta en letras gordas de los principales periódicos de este país, que “en treinta años, un verano como éste que estamos pasando, se considerará un verano frío”… Por supuesto, si en ese mismo plazo – así se advierte en el Informe – la capital de España, Madrid, pasará a tener el mismo clima y temperatura que Marraquetch, entonces nosotros, aquí, vamos a ser como el cono sur africano. Y, lo que es peor, no sé dónde coño van a ir a veranear los madrileños mangueros…

…Ya que a Londres se le vaticina que tendrá la temperatura templada de Barcelona, e Inglaterra y Centroeuropa pasarán a ser buenos productores de vinos, en vez de España, Portugal, Francia y el Mediterráneo, por lo que ya dejarán de llegarnos también turistas de esos países. ¿Para qué?.. En pocas palabras, el clima crudo del hemisferio norte pasará a ser benigno, y los que penamos en el hemisferio sur soportaremos un clima tropical malsano, tirando a desértico y achicharrante cuanto más debajo de los fogones… En cuanto a la carrera que lleva la subida del nivel del mar por efecto del calentamiento atmosférico debido al vertido de CO2 a nuestra atmósfera, desaparecerán las playas de Cádiz, Huelva, Almería y parte del levante español. Mejor no le cuento lo de La Manga y nuestro Mar Menor. Se prevé que en tres décadas, el nivel suba la friolera de un metro en algunos puntos, lo que afectará a poblaciones enteras costeras…

Estas y otras calamitosas lindezas, como lluvias torrenciales, tifones y ciclones, inundaciones, vendavales y terremotos, dibujan un panorama nada bonico el que se nos viene encima…Y, en este Informe no entra toda la degradación medioambiental y del suelo, envenenamiento de mares y tierras por nuestros tratamientos químicos y de sobreexplotación, y de acumulación de basuras, que eso lo llevan en libreta aparte, pero que también se va a sumar a todo lo ganado a pulso por nuestra inconsciencia e incompetencia.

Lo que más me ha chocado de ese Informe es que destaca en grandes titulares la culpabilidad de toda esa merder: de la humanidad. Toda la humanidad en general. Y nos pone a todos y cada uno de los que hermanamos esa humanidad ante el espejo… A mí no me cabe ninguna duda de que habrá, o habremos, unos más culpables que otros, como los políticos; los dirigentes de las grandes corporaciones; los que están detrás de las todopoderosas multinacionales; las financieras; los del turismo masivo; las energéticas; los trusts industriales y de consumo… sí, vale, de acuerdo,. Pero luego estamos toooodo el ciudadanaje de peaje que participamos y consumimos alegremente toda esa porquería, y que colaboramos de muy buen grado en ello, con nuestra manera hedonista de vivir la vida, a esa vida que nos ponen en bandeja… Y así nos convertimos directamente en los peores depredadores de la naturaleza, haciéndonos a nosotros mismos personales responsables, a la vez que víctimas, de sus consecuencias.

Pero nosotros, ahora, cuando regresemos de nuestras, cortas o largas, es igual, vacaciones del verano, de nuestros hoteles o casas rurales, tras haber trasegado unos cuantos miles de kilómetros y haber hecho nuestra buena aportación de fluorurocarbono a la atmósfera, y de haber contribuido un pocoregular a la degradación del medio ambiente, llegaremos a casa, satisfechos, felices y contentos, y, eso sí, por supuesto, nos pondremos la etiqueta verde de “reciclamos porque semos los amos y controlamos”, aunque también sigamos siendo los “nomber one” en las ferias del consumo. Ya nos vale.

Mi consejo de viejo, si quieren, es que busquen ese Informe y se lo lean. Estará por ahí, por Internet, seguro. Empápense de lo que dice, y, si les parece bien tomar conciencia de ello, porque le merece la pena a su joven familia que va a vivir ese desastre, pues intente salvar los muebles para ellos. Usted mismo… Y si no, pues también usted mismo. A mí me da ya un poco igual, pues me va a pillar centenario perdido, o sea, humano podrido. Eso sí, con suerte, habré pillado antes la licencia y me habré largado de aquí… Pero me siento en la obligación de, como décadas que llevo haciéndolo, transmitírselo, por enésima vez, a ustedes. Esta vez con prisas, con mucha prisa. Y eso mismo es lo que hago… Agur.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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