NOSOTROS MISMOS...

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En la democracia española hay una cosa que nos retrata. Y es la ligereza con que nuestros políticos y partidos prometen en sus mítines, discursos y campañas, y luego lo incumplen por sistema. Si todas las siglas que han gobernado este país, que son solo dos, por cierto, sin excepción, hicieran una lista de promesas incumplidas y hechas en campaña o desde el ejercicio de oposición, por ejemplo, no habría papel suficiente o se gastaría la mina del lápiz antes de acabarla… Y, sin embargo, ni a ellos parece remorderles la conciencia engañar sistemáticamente, ni, al menos aparentemente, al electorado parece importarle mucho que le engañen. Y yo creo que es un acuerdo tácito del bipartidismo en hacerlo así, y de ahí sus esfuerzos por regresar a esa “entente” a dos que tan buenos resultados les ha dado a ambos.

El votante protesta muy ligeramente, así, como de pasada, dando por hecho lo que no se debería transigir lo más mínimo. Por lo que para los políticos es un ligero malestar que se puede asumir sin mayores problemas. Eso forma parte ya de todo proyecto político. Y cada proyecto de cada partido también forma parte del sistema. Y el sistema es ese: prometer hasta conseguir y saber mentir para poder incumplir. Si hay alguno (pocos, muy pocos, poquísimos) que protestan, existe una fórmula práctica, sencilla, ritual, útil y directa: “no disponemos (aún) del marco jurídico adecuado”… y punto pelota.

Compréndanlo, el marco legislativo no existe, así que habrá que crearlo”, o bien algo tan manido como “es lo que nos hemos encontrado, necesitamos tiempo a cambiarlo”, ya saben, aquello de “la herencia recibida” y todo eso… ¿Verdad que les suenan a familiares estas frases?. Naturalmente que sí. Oímos eso, y ya nos callamos los restos de legislatura, en que, si la democracia no lo remedia, se retroalimenta el ciclo de nuevo. Porque ni se crea marco legislativo, ni hay tiempo ni voluntad para cambiar la herencia recibida, ni para hacer nada que no le interese al partido verdaderamente. Y esa pedagogía se eterniza para seguir prometiendo sin el mínimo ánimo de cumplirlo.

Un ejemplo sencillo, off shore: “Sacaremos los restos de Franco del Valle de los Caídos antes de que acabe Julio”, prometió Sánchez, nada más sentarse en el sillón aún caliente por el culo de Rajoy. Vale. ¿Acaso ignoraba maese Pero que toda exhumación, y más la de un tirano de la historia más reciente de un país, no tendría una enorme y farragosa burocracia, voluntades e intereses que saltar?.. Por supuestísimo que no. Sus gabinetes de cien – o más – asesores, hacen imposible tal error de cálculo. Y, sin embargo, “yerran” una, y otra, y otra vez más. Les es mejor y más rentable prometer a la ligera y enseñando liguero, que ser veraz, serio y formal. Pero ellos saben perfectamente que no van a cumplir el embuste que están soltando.

Igual él mismo juró, perjuró y reperjuró que publicaría la lista de los que se acogieron a amnistía fiscal… Vale, ¿y qué?.. ¿Podría hacerlo?.. claro que podría, si es (debe ser) una información pública… ¿Entonces?.. pues entonces es que no quiere, o no lo interesa, o no le han dejado, porque en esa lista hay algunos álguienes con los que no contaba (o sí) y le han dicho que se olvide del tema o le cortan los higos. Y entonces va y se dice a sí mismo:, “pero bueno, nene, si aquí, en este país, lo prometío y lo olvidao es como el pan comío y luego cagao”… Y no passsa ná, leshes…

Pero si esto se mantiene – y en España forma parte de su natura – es porque el ciudadanaje es del mismo potaje. En otros países, al político que incumple sus promesas no levanta ya cabeza, pero aquí levanta hasta la pata mearse en lo que dijo antes y en sus votantes. La memoria cívica es tan de corto recorrido que lo dicho se apunta en el olvido. Directamente. Incluso antes de ser escuchado. Los ciudadanos nos tenemos por tan de poco valor que vemos normal que nos engañen con premeditación, repetición y alevosía. Es más, la ciudadanía de aquí, si nos dicen que van a cambiar la Ley Electoral para devolvernos el poder y protagonismo que nos escamotearon al principio de esta historia, para que no nos engañen más, a esos, estoy seguro, es que ni les votamos…

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