OCULTAMIENTO... ¿o enculamiento?

Aunque parezca mentira, en España existe un organismo oficial, el CTBG, el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, que vela por el cumplimiento de la Ley de Transparencia… Otra cosa es que tenga poder ejecutivo – que no lo sé – o entidad jurídica – que también lo ignoro – o que tenga la suficiente personalidad para ser conocido y reconocido por la opinión pública – que lo dudo – pero que, si existe un culpable, no es precisamente tal organismo, si no la propia opinión pública que pasa hasta de lo que no ignora. O sea, todos nosotros. Una opinión pública que no ejerce, manejada por intereses mediáticos, con muy poca opinión propia, por cierto. En países más culturalmente democráticos que el nuestro (menos ignorantes de lo que son y lo que tienen) proliferan los Centros de Opinión Ciudadana, como aquí los bares, que influyen en las políticas locales, territoriales y/o nacionales, como factores condicionantes.

Y traigo a colación esto, porque, por ejemplo, otra ciudadanía no dejaría pasar la falta de responsabilidad como en la que está cayendo un gobierno con respecto a la gestión de la pandemia, tal que el nuestro en este caso. Imagino que igual en otros casos y cosas, que nos pasan absolutamente desapercibidas, dada nuestra absoluta falta de interés en los asuntos públicos, a pesar de que público quiere decir de todos…

Aquí, en nuestro país, Transparencia está denunciando reiteradamente la opacidad de Sanidad durante la pandemia. Se da el caso que el Ministerio, de 17 requerimientos del organismo oficial realizados entre Marzo y Octubre, tan solo ha dado respuesta a dos, dejando los 15 restantes en el más vergonzoso (si no culpable) silencio administrativo… Y resulta significativa, y sospechosa, la ocultación sobre la información requerida, con respecto a puntos como oscuras compras de material sanitario, aclaración sobre la entidad de los componentes de las famosas “comisiones y comités de expertos”, el contenido de las Actas de tales Comités, que ni aparecen, o sobre informaciones estadísticas de la pandemia, entre otros… No me digan ustedes que no es mosqueante y abracadabrante… Asegura tal Consejo de Transparencia: “Este departamento (por Sanidad) está dificultando la adecuada protección y garantía del derecho constitucional al acceso a la información pública”. Más clarito, el agua clara.

En estas cuestiones, como en tantas otras, un servidor de las monjas ni quita ni pone rey (que luego vienen los defensores de las siglas a zumbarme las orejas), y me da igual el color y la ideología del gobierno que se enmascara en tales prácticas de tahúr. De todas-todas, resulta censurable y perfectamente criticable, y exigible de responsabilidades, por parte de la calificada por inexistente Opinión Pública… Y hasta por la propia Fiscalía del Estado, si me es permitido decirlo...

Pero, claro, repito, hablo de una opinión pública, en este caso, afantasmada, más preocupada por la falta de chiringuitos y terrazas que por la falta de salud y economía… No ignoro que en el resto de los países de esta Europa y de este mundo, sacudido por una pandemia que ha pillado a todos los gobiernos en bragas, no pueda – o incluso esté – ocurriendo tres cuartas de lo mismo. Puede ser, aunque “el mal de muchos…” solo le valga a los tontos. Pero estoy seguro que, una vez pasado el temporal, se demandarán explicaciones y se exigirán responsabilidades…

Sin embargo, aquí, permítanme que lo dude mucho… Jamás ha ocurrido. Nunca. Este es el país donde todo el mapa patrio está sembrado de ejemplos visibles en auditorios, aeropuertos, palaciosde… y otras magnificencias, que nos han costado dos de los tres ojos, de gasto público, o sea, de nuestros bolsillos, y que hoy son una ruina total. Los ejemplos invisibles no se ven, pero, como las bruixas, haberlos haylos en enorme cantidad.

Sin embargo, todos lo pagamos en buena hora, y en el buen grado de los carneros domesticados que somos. Igual ocurrirá con las requisitorias del CTBG sobre la pandemia. Y no es la culpa de los malhechores, si no de los consentidores… Algún día les contaré el cuento de Dickens en el que este infeliz crédulo, un día intentó, ¡pobre y gilipollas de mí!, organizar por aquí uno de esos Círculos Ciudadanos de Opinión del que les hablaba al principio de esto… Patético, berlanguiano, esperpéntico… Como decía el Sr. Calleja: Érase una vez…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo