PANORAMA

Resultado de imagen de EL aRMISTICIO

Se han celebrado en toda Europa los fastos del Armisticio, tras la I Guerra Mundial. La Gran Guerra, como se le ha llamado en los libros de Historia. Una monstruosidad que no evitó una segunda, aún más atroz y destructiva, si cabe, que la primera. Pero, bueno… mandatarios de 70 países se reunieron para celebrar algo que yo, en mi supina ignorancia, no llego a entender. No sé qué motivo de celebración existe en el fin de una guerra que fue el gérmen de una segunda, pero, enfín…

            Y más, mucho más, cuando no se ha aprendido absolutamente nada de ambas guerras, puesto que tal efemérides se ha celebrado en un marco formado por el regreso de los nacionalismos a Europa, y los que fueron sus aliados, como los mismos EE.UU. de América, en medio de serias y temibles crisis en sus relaciones y entre las multilaterales entre países antes amigos. En algunos aspectos – inquietantes aspectos – y aún salvando las distancias, esta época de tiranteces recuerda a los años previos a esa misma Gran Guerra de la que se celebra su final.

            Cien años después de aquel Armisticio, las potencias se han reunido en París, de nuevo divididas entre ellas. Un Trump provocador y belicoso que viene a impedir la idea de un Macron para formar un ejército europeo al márgen de la Otan. No se dá cuenta el gorila blanco que hoy Norteamérica ha pasado de ser amigo a ser enemigo de Europa. Y que otro gran mono, Putin, le disputa el patio de esa misma Europa, haciéndose igualmente enemigo del continente rival suyo, jugando la baza de la desestabilización y la guerra sucia. Con una garante europeísta como principal sustentadora, como es Mérkel, en franca retirada. Un poderoso baluarte menos… Y todo eso entre un pavoroso asalto interno de nazionalistas, con zeta, y eurófobos populistas en países de la propia UE, como Polonia, Hungría, Austria, Italia, Rumanía… y suma y sigue.

            Hay además un giro inquietante en la postura de los nacionalpopulistas, un tanto sutil: ya no quieren marcharse de la Unión Europea – como ha hecho Gran Bretaña, aún arrepentida de ello – lo que quieren es dominar esa misma UE desde dentro. Los más encarnizados eurófobos, ahora renuncian a irse, y lo que promueven es, en vez de un repudio absoluto a toda idea de Europa, otra cosa, un engendro dentro de ella misma. Promulgan una Europa de las Naciones, en vez de una Europa Sin Naciones, que era el original, primigenio y auténtico sueño europeo.

            En este viejo mundo, el ratón grande seguirá comiéndose al chico, y se seguirá imponiendo la tiranía que se ha querido evitar con la idea de una UE compacta, aún con sus luces y sus sombras, sus fallos y sus aciertos. El ideal era una Europa única y unida, y lo que se quería dejar atrás es precisamente el modelo que ahora quieren imponer esa caterva de cavernícolas desgraciados, el de una Europa débil y dividida. Y vienen exacerbando el instinto patriotero y egoísta del ciudadano, y a usar los votos de la ignorancia para luego someterlos a sus dictaduras.

            Pero hasta esa posibilidad sería de justicia ante el fallo inapelable de la Historia. Si una ciudadanía, con sus votos, abre la puerta a tal aborto y lo aplaude, merece sufrir las consecuencias, mal que nos pese. Ocurrió con Hitler, y, por lo que se ve, no aprendimos nada. Como nada aprendimos tampoco de lo que provocó. A pesar de que ahora celebramos lo que deberíamos de lamentar, puesto que no está superado en modo alguno…

 

Si nos envía su petición a admin@escriburgo.com le suscribiremos gratuitamente a las MIGAS diarias de Miguel Galindo

El próx. Viernes, 23/11, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7: 7, MANIPULADOS. ¿estás seguro que no te manipulan?