PASTA GANSA, PASTA MANSA.

Parece ser que Europa se está portando. El histórico plan de reconstrucción post-coronavírico recuerda un poco a aquel famoso Plan Marshall con que los americanos ayudaron a la reconstrucción europea tras la II Guerra Mundial. Lo malo es que también ayudaron al régimen de Franco, un dictador fascista que dio un golpe de estado contra una democracia, pero que, al ponerles el culo a los aliados, vencedores del mismo fascismo, igual se apuntó a recibir la sopa boba… Yo no sé lo que recogería aquella España del hambre, ni la propia dictadura, pero a mi me llegó en forma de leche en polvo y queso salado, con que nos parcheaban las tripas en las escuelas…

            Ahora, la UE, aparte lo ya emitido, más de un billón, ha puesto sobre el tapete otros 750.000 millones de euros, cifra sin precedentes, y aún y a pesar de la reticencia de nuestros hermanos del centro y norte de Europa. España será el segundo receptor en importancia de esa ayuda. Nada menos que 140.000 millones, de los cuales, 77.000 son a fondo perdido, en materia de subsidios, y 63.000 en préstamos a bajísimo interés. No está nada mal. Lo que falta saber es cómo se vá a repartir ese maná… y qué va a llegar a los cimientos de las estructuras que sostienen a este país. Si en forma de transfusión sanguínea, o también como el queso salado y la mala leche aquella…

            Aquí es que se necesita levantar las empresas que se han caído, rescatar a todos los autónomos que han quedado por el camino, salvar todos los puestos de trabajo que se han perdido, e incluso que aún siguen perdiéndose en una sangrante secuela de Ertes que viene a desembocar en el río de un paro que no deja de crecer. Es la base sobre la que se sostenía este tinglado. Aparte de la industria preferente, prevalente, omnipresente, omnivalente y casi única de este país, la hostelería, naturalmente. Pero ahora mismo, el engranaje productor y consumidor está asolado. Sí, es verdad que ya los pájaros cantan, las nubes se levantan, que sí, que no, que si el chaparrón, pero los cristales de la estación van a seguir mucho tiempo rotos y sin arreglar, me temo…

Porque, según costumbre, los dineros que deben venir a poner esos cristales rotos, primero, no van a ser de la parte de a fondo perdido, que eso vá a ir a engrasar los engranajes administrativos y del Estado, e inversiones públicas quizá, que tampoco digo yo que no, pero sospecho que el resto “de pago”, el de en forma de préstamos, claro, vendrá inyectado a través de la jeringuilla de la banca, como siempre. Me dirán: “como es natural, hombre…” y responderé que no, que como es normal aquí, sí, pero que sea normal no significa que sea natural.

Conozco pequeños empresarios, amigos míos, que se están acercando a esos bancos a pedir ayuda para el solar en que han quedado sus negocios, y las exigencias y obstáculos son infinitamente mayores que en condiciones normales, cuando justo debía ser al contrario. Ese dinero viene filtrado a través de préstamos Ico, con la garantía del Estado, pero ese Estado pone trabas, papeleo e inconvenientes como para aburrir al más pintado. Los bancos en estos son más directos y marean menos: te piden tus bienes y tu sangre, si los tienes, bien, y si no, nada. Y punto pelota. Pero para cumplir las condiciones de los Ico necesitas un departamento asesor-jurídico-contable-administrativo que no te puedes pagar… Luego, como suele pasar, quedan fondos, naturalmente, sin utilizar, que el Estado vuelve a reembolsarse para sí mismo… Y vuelta a marear la perdiz.

Ana Botín pedía, exigía, a las instituciones europeas, solidaridad. Pues bien, aquí la tiene. Pero esa solidaridad no se la vé luego por ningún lado en sus oficinas bancarias. Grandes carteles, frases bonitas, publicidad cara, pero hechos pobres, mezquinos y ruínes… ¿Los millones que están recibiendo , por ejemplo, a interés cero, del BCE, ándestán?.. ¿acaso haciendo negocio con ellos y prestándolos a interés bueno-bonito-barato, paisa?.. Y, a propósito, que no se me olvida, que repetiré esta suciedad hasta la saciedad cada vez que escriba sobre esto: ¿Los 65.000 millones de rescate de la banca con dinero público en la crisis del 2.012, los van a devolver o no?, ¿con intereses de demora, o por la cara?. ¿Y el gobierno qué dice, qué opina, sobre esto?.. Este es el enorme fallo de estas grandes ayudas: los intermediarios.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ

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