PATRIOTAS
- Por miguel-galindo
- El 12/09/2016
Un servidor, definitivamente, debo carecer del gen del patriotismo. Debe ser una anomalía genética, o algo parecido. Pero, cuando, por ejemplo en las recientes Olimpiadas, veía la efusión patriótica con que se celebraba la caída de una medalla, a mí me sabía a efusión patriotera, qué quieren que les diga… Lo digo con entera sinceridad.
A mí, que una chavala de Cantalapiedra se la lleve en saltos, o un cubanespañol se la lleve por piernas, ni me hace a mí mejor, ni hace mejor al país, ni a nada de nada. Tan solo demuestra que la de Cantalapiedra salta más que las otras, y que el adoptado y adaptado cubanito corre más que los demás. Pero nada más. Yo, ni me siento glorificado porque un compatriota gane, ni me siento fracasado porque pierda. Ni me van a subir la pensión, ni voy a vivir mejor, ni peor, ni se van a resolver los problemas de este país…
El patriotismo deportivo me parece… bueno, es que no me parece nada. El ver berrear como un becerro a un especímen envuelto en la bandera, porque una paisana ha batido un récord, me deja atónito. Simplemente, no lo comprendo. Lo siento como una manifestación pueril y absurda, lo confieso honradamente, aunque me pongan y expongan en la picota pública. Parece mismamente que queremos celebrar con eso una especie de superioridad racial, o algo así. Como un que se chinchen los otros, que el hispanalemán rubito rema más que nadie y yo comparto DNI con él… Sin darnos cuenta que eso mismo hacen los acerrivascos en sus ikastolas y los acerricatalans en las suyas, y los acerritodos en todas las madrazas de los campos de fútbol… o los nazis con su superioridad aria.
Para mí es un sentimiento extraño el ver que los nacionales de un país se identifiquen con el medalleado a costa de excluír a los demás por el hecho de ser más que ellos en un título deportivo… ¿Es esa la infantil justificación?.. Sí que entiendo, sin embargo, que los poderes fácticos, políticos, sociales y mediáticos, se aprovechen de ello y se encarguen de fomentar esas sensaciones, aunque sean flor de un día. Por eso se afanan en plantar flores de esas todos los días, y que nunca falten de tales coliseos. Si además, encima, se hace negocio, pues miel sobre hojuelas. Vosotros poned vuestros héroes, que nosotros pondremos el resto del circo…
Admito que mostrarme como apátrida sportman es como ponerme a los pies de los caballos, mostrarme en mi más indefensa desnudez ante los demás, ante los “normales” de la grey, que no entenderán el por qué yo no entiendo también. Que, incluso para algunos unos, puedo pasar, ya no como un raro, si no como un sospechoso antiespañol, una especie de terrorista que no dispara balas, pero dispara ideas extrañas… Habrá que llevar cuidado con este pájaro dodó. Cuando a la murciana de plata le colgaron la ídem, me quede más frio que un chambi. Y eso, si no es delito aún, por lo menos será contrarevolucionario. Que aún es peor.