PLACEBOS Y NOCEBOS
- Por miguel-galindo
- El 21/11/2017
Sabemos lo que es el efecto placebo. Tanto en medicina como en todo. Y sabemos que funciona. De hecho, se emplea en muchos hospitales por el bien del paciente, claro, aunque no se divulgue por razones elementalmente lógicas. Y por igual principio, nunca sabremos la cantidad de medicamentos que podemos estar tomando sin ningún principio activo que tenga efectos secundarios, pero que nos funciona de puta madre precisamente por eso mismo, porque creemos en él… El poder de la fe, amigo mío…
Pues bien… Ahora se está experimentando con el efecto contrario, al cual se está viniendo en llamar “efecto nocebo”, esto es, que igual que se administra un preparado inocuo que produce efectos positivos, también se pueden administrar preparados igual de inocuos que produzcan efectos negativos. Incluso, fíjense bien fijado, un medicamento con principios activos curativos puede producir secuelas negativas si se informa de tal posibilidad, aunque eso sea falso.
Uno de los experimentos fue hacer tres grupos con enfermos coronarios a los que estaban suministrando un mismo producto, el metabloqueante Atelonol concretamente. Al primer grupo no se le informó de nada. Al segundo grupo, le dijeron para qué era y el nombre del fármaco. Y al tercer grupo le advirtieron que podía tener un posible efecto puntual de disfunción eréctil durante la toma. Ni qué decir tiene que solo una parte del tercer grupo acusaron esa disfunción eréctil. Una contraindicación que no era real.
Otro experimento fue un preparado farmacéutico contra la dermatitis atópica. Este producto fue presentado bajo dos diseños diferentes y marcas distintas. Uno más cuidado, con un envase más atractivo, un grafismo más adecuado y con colores cálidos. El otro se envasó en un diseño más cutre y menos cuidado. Dividieron a 50 personas en dos grupos, a cada uno de ambos se le suministró el mismo fármaco bajo las distintas presentaciones. Ni qué decir tiene que el grupo que recibió el envase guapo mejoró ostensiblemente, y el que obtuvo el envase feo, no solo no mejoró, sino que incluso empeoró.
Así funciona el nocebo. Al revés que el placebo, si bien que el principio es el mismo: el coco. La revista científica The Lancet publicó que durante tres años se le suministró a 10.000 personas el compuesto Atorvastin para bajar el colesterol, pero ocultando durante los dos primeros años el posible efecto secundario de dolores musculares. Solo en el último año se informó de ello, y tal efecto secundario subió casi un 45%.
Según esto, entonces, ¿se debe informar en los prospectos de esa retahíla de advertencias y efectos secundarios nocivos, si sabemos que eso fomenta el efecto nocebo?.. ¿Es un derecho del paciente el ser informado, y por lo tanto una obligación de los laboratorios?.. O, por el contrario, ¿es un cubrirse las espaldas esos mismos laboratorios por lo que pudiera pasar?..
Yo, por eso mismo, no me los leo. Porque es mejor para la salud no saberlo. Uno se queda con el efecto placebo y evita, en lo posible, el efecto nocebo… O, si no, a la vista está.