PODER, PODRÍAMOS...

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Hay cosas, y casos, que demuestran muchos más aspectos que los hechos en sí mismos. Tenemos, por ejemplo, la condena del Parlamento Europeo al gobierno español, anulando el tristemente famoso y vergonzoso “impuesto al sol” con el que hace tres años el PP gravó la producción de energías renovables, en un claro y deshonesto empeño de dañar los intereses ciudadanos para favorecer a las ladronas compañías eléctricas, y tener con qué engrasar sus propias puertas giratorias. La decisión de Bruselas facilita el autoconsumo, y otorga el derecho a que la ciudadanía pueda producir su propia energía.

            Bien está pues lo que bien acaba. Pero si analizamos la secuencia histórica, vemos que este logro se ha conseguido por una cuestión estrictamente partidista. El PP pasó el rodillo sobre el resto de la oposición en su momento, y el Psoe, a través de su eurodiputado José Blanco, elevó la propuesta de anulación de peajes y trabas, logrando el apoyo mayoritario del europarlamento. Pero los ciudadanos afectados, en realidad, no han movido un solo dedo contra el atraco sufrido. Ya sabemos que la obligación de los políticos es defender los intereses de esos ciudadanos, pero eso es solo la teoría. La práctica es que utilizan esa defensa para defender sus propios intereses de partido. Es la excusa perfecta para devolver la bofetada. Aunque tengan que usar, como en este caso, al ariete del interés ciudadano.

            ¿Qué en qué me baso para lanzar esta aventurada opinión?.. Pues en que existen otros agravios sangrantes, y se están muy quietecitos ante ellos. Como, por ejemplo, lo del doble asalto del Irpf a las pensiones (no hablemos de la desvalorización disfrazada de revalorización, que también, también…). Algo que, si se elevase a Europa, sería condenado igualmente y sin paliativos por ilegal, inconstitucional e inmoral. Pero aquí no se mueve ninguno. Solo declaraciones al tendido. Brindis al sol, pero nada más… Claro que los jubilados con sus pensiones, como los ciudadanos con ese impuesto solar, tan solo que nos quejamos en la barra del bar porque somos incapaces de tomar iniciativa alguna. Y eso que mover millones de votos es un arma contundente si la usamos… Pero, ni así…

            La cuestión pues, está en eso mismo. ¿Por qué la oposición ha actuado en un caso y no actúa en el otro?.. Es una pregunta que deberíamos hacernos los españoles. Nuestros eurodiputados están siendo pagados espléndidamente por ocupar una plaza en el parlamento europeo para hacer el trabajo que, en realidad, no hacen. Solo esporádicamente y cuando interesa al partido. Queda sobradamente demostrado con este par de ejemplos aquí expuestos.

            Pero lo que es preocupante no es ya la inoperancia y aprovechamiento personal de nuestros políticos. No. Lo flagrante es nuestro propio aborregamiento, nuestra innata incapacidad para participar en lo público que sí costeamos de nuestros votos y bolsillos. No sabemos manejar la democracia, o no queremos molestarnos en hacerlo, y les encargamos a profesionales sinvergüenzas que actúen por nosotros. Así son las cosas en este país… Poder, podemos, y podríamos, pero no queremos. Estamos muy ocupados con el fútbol, nuestras fiestas continuas, nuestros inserviajes e inserbingos, nuestros ídolos mediáticos y nuestras gilipolleces varias. Y nuestros administradores, encantados de tenernos el pan cogido bajo el sobaco.