PSICOINTOXICADOS

     

No es mi intención meterme con los “psicos”, ni mucho menos, pero a veces uno no puede evitar pensar hasta qué punto estos profesionales no llevan a la gente normal al extremo de pensar que son anormales. Sobre todo cuando re-inventan lo que es más viejo que Noé y lo re-descubren como si fuera nuevo. Y yo entiendo que tienen que hacerse un hueco en la profesión y ganarse las alubias, y todo eso, pero es que, a veces, joer

                Es lo que me ha pasado con una autora psiquiatra/psicóloga que habla en sus libros de “personas tóxicas”, que usan el chantaje emocional, etc., etc., y que todos hemos de elaborar un plan para desintoxicarnos de las emociones negativas que nos procuran el trabajo, la pareja, los amigos, la familia… con el noble y loable objetivo (esto vende) de ser felices. Pero, coña, resulta que estamos rodeados de zombies intoxicados, y, ¡horror!, te pones a leer las líneas argumentales de esta “psiquiloyas”, Y todos somos unos monstruos intoxicadores… He llegado a asustarme tanto de mí mismo, que voy a buscar una forma cómoda, rápida, indolora y satisfactoria de suicidarme, o lobotomizarme, o lo que sea, sin tener que buscarle mayores problemas a la fámily, que tampoco es eso…

                Porque resulta que, como padre he intoxicado emocionalmente a mis hijos, que a su vez intoxican a los suyos, que sufren la suma de las dos intoxicaciones, dada la actual relación nietos-abuelos que hoy se dá… También he intoxicado a mi santa y mártir, utilizando el victimismo, los chantajes emocionales, y que incluso puede hacerse sin tener plena conciencia de ello, de modo “automático” dice. Y asegura también… ¡¡..oño tú ¡!, que igual existe la toxicología digital (así la llama) de la que somos dependientes a la vez que transmisores. Ya saben, verdugos y víctimas de los móviles, táblets, ordenatas y demás demonología suelta.

             Para acojonarse bien acojonadito cada mañana que se mire al espejo. La cosa está cuando, tras ponértelos en un puño, empieza a decirte, suavecillo, que todo tiene arreglo, y comienza con los consejos – inestimables ellos – para curarte tú mismo y llevar una vida plena, e incluso curar a tus prójimos próximos, y así, todos viváis felices y comáis perdices…

                Entre las genialidades , hete aquí, voilá, las “netiquetas” o reglas para no ser un grosero digital, que también, también lo somos. Verbigracia, apagar el móvil durante la comida en compañía, no invadir con mensajería compulsiva el tiempo privado de las personas, y lograr una “convivencia digital” modélica. Eso antes se llamaba Normas de Urbanidad, y se enseñaban en todas las escuelas, aún la no existencia de los móviles y lo digital se redujese a diez en los pies y otros tantos en las manos.

                En fín… Yo sé que hay que buscarse la vida, y que uno ha estudiado para algo (quien haya tenido la suerte de estudiar, claro). Posasíes. Pero esto es como, si al que le salen los huevos a lo Lucio realmente bien, lo hacemos pasar por Cheff Galácticuniversal Senior, y luego va y se monta un Máster con ello…. Vamos, creo yo, y por eso mismo lo digo, naturalmente. Si ustedes supieran lo que un servidor ha aprendido y puede enseñar sin tener título, me lo montaría de …uta madre. ¡Bonico soy yo..!