¡¡ QUÉ PENA..!!

Cuenta Javier Marías un par de sucedidos de los que fue testigo, y se pregunta, no sin razón, qué formación deformante están logrando los sucesivos y vengativos (el uno sobre el otro) Planes de Educación, que se acumulan, uno tras otro según el color del gobierno, sobre los educandos de este cada vez más ignorante país…

En uno de ellos narra la desesperanza de un guía que intenta explicar los bajorrelieves de la fachada de un antiguo convento a un grupito de treintañeros de aspecto normal… “Ahí tenéis a la Virgen María, junto al Arcángel San Gabriel, en la Anunciación, ya sabéis…”. Y la cara de sorpresa del mismo al constatar las caras de inexpresivos besugos de la comitiva… “Sabéis lo que es la Anunciación, ¿no?..”, a lo que le llegó una respuesta unánime: “ni puta idea”… Nuevo intento: “bueno, al menos sabréis que Jesucristo fue concebido sin mácula, y que…”, a lo que fue prontamente interrumpido: “…y qué es mácula?.- Cuenta el autor que el guía, encogiéndose de hombros, abandonó cualquier intento.

Estamos hablando de personas hechas y derechas, estudiadas en diferentes grados y niveles, muchas tituladas superiores… Y no se trata de que los mitos de la religión se inculquen a nivel de dogma (ya se encargan de hacerlo en catequésis, dicasterios y/o clases de religión. No. Lo que no es entendible es que se ignore su existencia, como la de una cultura de la que procedemos occidente entero (la judeocristiana) y se ignoren 2.000 años de existencia. No se trata de creer, si no de saber. Se trata de tener conocimiento de nuestra cultura, de la civilización de donde venimos y de la que hemos nacido… Claro, que el propio hermano de Marías, profesor de Historia del Arte, varios de sus alumnos, a su pregunta sobre una pintura de la Crucifixión, contestaron que solo sabían que era “un hombre antiguo, de pelo largo y barbas, clavado en una cruz”… La ignorancia y la incultura más básica también es uno de los peores fundamentalismos existentes hoy en día.

El otro caso que expone, y del que igualmente fue testigo, es el de una joven maestra a cargo de un nutrido y ruidoso grupo de niños de seis a nueve años, mostrándoles las estatuas de los diferentes reyes visigodos que existen repartidas por la Plaza de Oriente. A la pregunta inicial de “¿sabéis lo que fue la Edad Media?”, vinieron contestaciones también en forma de pregunta: “¿lo que vino después de los romanos?”, o a tenor de: “¿fue antes de la invasión musulmana”... Ante la curiosidad despertada por sus atuendos, y al comentario de la educadora “esas ropas que hoy nos parecen raras…” un crío le soltó “si ellos vieran las nuestras también les parecerían raras”… Y cosas por el estilo… Muchas preguntas, infinidad de curiosidades, inquisiciones, deseos de saber cosas y casos de aquellos personajes…

Y se pregunta J. Marías qué clase de enfermizos sistemas educativos son capaces de convertir la sana, infinita e innata curiosidad de un niño, y su sed natural de aprender, en la apatía vegetativa de los viejóvenes, apenas sus títulos colgados de la pared, la tinta aún fresca en ellos, y producir su aridez mental, esa desolada llanura intelectual… Pero el problema no es que sean hechos aislados y opuestos, si no que muestra una constante que se refleja en cualquier pregunta que entrevistadores hacen por la calle a gente joven y universitaria. Es el paradigma de lo que es la educación en España…

En este país, si uno es contrario al fascismo, por ejemplo, se limita a quitar a Franco de los libros de historia. No me gusta, ergo no existe. O al contrario. Este parece ser el principio de los políticos nigromantes de uno y otro lado del espectral espectro. Su fanatismo ideológico los llevan a implantar inculturas de ignorancias en una espiral sobrecogedora, hasta el punto de preguntar a un universitario quiénes fueron los Reyes Católicos y contestar que un grupo heavy…

Los que fuímos enseñados con un solo y único libro, sin medios ningunos, en aquellas descabaladas escuelas de posguerra, aún con el inevitable adoctrinamiento de la dictadura, se nos suministraba, a través del meritorio esfuerzo de aquellos maestroscuelas, una cultura infinita si la comparamos con la de hoy. Se respetaba más la dignidad que la desvergüenza…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo