¿QUIÉN ESCUCHA A QUIÉN..?

 En nuestro país existe un gran déficit democrático donde menos debería haberlo: en la comunicación ciudadanía-políticos. Desde los pueblos al Estado pasando por las autonomías intermediarias que intermedian en la nada más pavorosa… Los regidores se asientan en sus poltronas y tiran de edicto, y los regidos a pagar, a mantener y a callar. Es más, las estructuras que debían de realizar tal función están viciadas y anquilosadas por su uso torcido, y secuestradas por el nepotismo partidista. Simplemente, no son prácticas, están obsoletas, no sirven en su función, y por eso mismo se mantienen tal cual, para que no valgan de nada.

 

                Pero, sin duda alguna se me contestará, que, hombre, están los concejales, y los alcalde de barrio, y los pedáneos, y… Y sí, están, pero no son. Y no son todo lo que debieran porque lo único que son es una prolongación del brazo político del/los partido(s) que rigen en ese territorio. No son un foro independiente y auténticamente representativo de esas comunidades… ¿o acaso no están señalados por el dedo político?.. Y esto es en la base, porque a cada vez mayor altura, por no existir, no existe ni la voluntad de un mal sucedáneo. Porque se dicen entre ellos:  es mejor que nosotros mismos ocupemos esos foros a que ellos nos ocupen…

                Por eso mismo, aquí nadie escucha a nadie. Y si se hace, es a través del filtro partidista del que manda. La partitocracia. Como los bienpagados “asesores” para que asesoren sobre lo que se ordene con las ya anotadas respuestas. Y que también son una correa de transmisión de los propios políticos. Unos estómagos que agradecen a otros estómagos los bien remunerados puestos. O las tristes y podridamente famosas puertas giratorias…

                Pero eso no es escuchar, eso es oír lo ya preconcebido por nos, que ordenamos y reinamos… Tan solo en algunos pueblos forales del norte existe una democracia directa, una democracia abierta, sin intermediarios puestos por el dedo político, entre una ciudadanía y el edilato, donde se es más un gerente que un alcalde, al servicio de las necesidades de quiénes le ponen sueldo y le disponen soldada…

                Deberían existir comités de representación ciudadana libres, de libres asesores, que fueran, si no órganos ejecutivos, sí que, al menos, consultivos, donde se estuviese obligado a dar explicaciones y/o pedir informaciones de los intereses colectivos. Deberían existir comités ciudadanos de control, a quienes rendir cuentas y consultas sin trasfondo de matiz y matriz política alguna, sin intereses partidistas, sin tejemanejes ideológicos, sin más interés que el de servir a la comunidad sin servirse de la comunidad.

-Es que eso es lo que dicen todos los políticos de todos los partidos, que se deben al pueblo que los ha elegido, aunque no les hayan exigido, claro… Y sí, pero eso es mentira. Un gigantesco embuste. Solo se deben a sí mismos, y es la excusa perfecta para falsear la verdad de fondo… Es, en fin, su derecho de pernada.

miguel galindo sánchez