QUIZÁ TODAVÍA...

Tras la traición de Ciudadanos (no quito ni una jodida letra del calificativo), al igual que millones de personas en este país, me había quedado huérfano de urna. Tanto, que se me plantea un problema de a quién votar a partir de ahora. Ningún político de ningún partido goza de mi confianza. Y Rivera, que había captado mi interés por lo templado y centrado de sus propuestas, la honradez de sus planteamientos, y ocupar ese lugar equidistante, moderado y sin complejos, encarnaba mi opción personal, pero la deserción de su líder, su alineamiento sin sentido con la derecha – también la extrema – y el abandono de su proyecto inicial y decididamente reformista, me ha dejado, como a muchos en este país, desnortado y sin brújula… Quiero votar, y votaré (de hecho ya lo he ídem) pero… ¿a quién?.. ¿a alguien anodino?.. ¿nulo?.. ¿en blanco, quizá..?.. ¿al partido de mi región como última opción..?.

            …Y, sin embargo, en el fondo del oscuro túnel, parece atisbarse una pequeña luz de esperanza, aunque débil aún, pero que promete poder abordar – y no abortar - ese algo útil y necesario, tremendamente necesario, en esta España maltratada por sus malos políticos. Quizá aquello que pudo ser y no fue. Aún no lo sé, pero estaré atento y al tanto… Lo he leído en una modesta (y quizá para algunos, molesta) reseña de un medio nacional – EP.22/10 – y resulta que Manuel Valls, aquel hispanogalo que fue ministro socialista en Francia, e irrumpió en la política catalana, su originaria tierra familiar, evitando la alianza de Colau con ERC y haciéndola posible con el PSC, con un par de asientos en el Ayuntamiento barcelonés… el mismo que vino de la mano del trivial Rivera y luego tuvo que romper con él por su incomprensible espantada, y el que aún mantiene la opción de centro real y moderado en política, se está pensando acudir a las elecciones catalanas con una plataforma que apunte a la Generalitat, y no descarta tampoco, en un segundo paso, dar el salto a la nacional, tan solo que ocupando el lugar abandonado por Ciudadanos.

            “Un discurso constitucional y constitucionalista, abierto, respetuoso, inteligente y constructivo”, añade y matiza este Manolo. “Lo que Ciudadanos empezó a ser y ya no es. Lo que inició pero no terminó”, dice por si no estaba claro. “Con mucha prudencia y humildad, pero sí, me lo estoy planteando”, asegura. “creo que podemos ser útiles a este país”, y apostilla: “tras las generales del 10/N tomaré la decisión”. Valls ha tomado contacto con todos los descolgados y desilusionados por la derrota del barco de Ciudadanos, Toni Roldán, Francesc Carreres, etc… “No se trata de ninguna venganza. Es tan solo que un rescate”, aventura ante los primeros torpedos que sabe va a recibir de sus antiguos socios en su inicial intento de abordar el proyecto. Al final de este mes – avanza ya – contactará y compartirá con personalidades muy válidas y conocidas de centro-izquierda y centro-derecha, con los que quiere refundar la idea primigenia y abandonada.

            Pues por mí, cojonudo, monsieur… Tiene usted un hándicap fuerte para el arranque, pero un pequeño detalle a favor. Lo primero, es que la gente ya está muy escamada, y desconfía de todo político y de todo nuevo partido, porque piensa que todos empiezan bien pero se vuelven tornadizos y falsos, y que pasa lo que pasa, como Rivera. Que son tos iguales, coño… Y lo segundo es que el espacio que ha dejado Ciudadanos, aún está por ocupar, que de momento no tiene dueño, y que si sabe vencer las justas y lógicas suspicacias del personal, puede llenarlo con la opción que el trilero Albert defraudó, y que va a pagar cara en las ya inmediatas elecciones.

            Ganarse una confianza que ha sido traicionada es difícil, pero si tiene paciencia e inteligencia, y honradez, y altura de miras y visión de Estado, puede que funcione a su favor… Vamos, yo no soy de los que apoyo el suicidio colectivo de quedarme en casa y no votar, y a diferencia de otros, estoy deseando que alguien vuelva a convencerme, ya que no a ilusionarme, que de eso soy consciente… Pero mientras exista una oportunidad, una sola, de quitarse de en medio a todos estos cuentistas mediocres, mentirosos e incapaces de hacer una política consecuente a los intereses del país y no a los suyos, y esa oportunidad la brinden los que estén dispuestos a coger el testigo de unos desertores, a mí me vale. De momento, me sirve, pues si son unos oportunistas se les va a ver el plumero enseguida. Eso aquí se nota cada vez más pronto, pues ya tenemos mucha experiencia en ello…

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